SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Las Placetas es un distrito municipal ubicado en San José de las Matas, en Santiago, cuya actividad agrícola, aunque está muy deprimida, todavía constituye la principal fuente de producción para los lugareños.
Debido a una tradición migratoria hacia Estados Unidos de más de cuarenta años, ésta es la segunda comunidad mayor receptora de remesas en términos porcentuales en toda República Dominicana.
Por tal motivo fue elegida como escenario para llevar a cabo el estudio cualitativo "Migración, Remesas y Desarrollo Local Sensible al Género", auspiciado por el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer (Instraw, que ahora es ONU-Mujeres) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La investigación, a cargo de la antropóloga social Tahira Vargas, consistió en describir la relación entre la migración, las remesas y el desarrollo de la comunidad vista desde una perspectiva de género.
Pese a que las remesas constituyen un claro alivio para la economía doméstica y ayudan a mejorar la calidad de vida de las familias, en este caso de estudio se descubrió que la migración hacia Estados Unidos "mantiene o refuerza el control patriarcal".
Se trata de una migración que data desde finales de la década de 1950 y que fue impulsada por una población mayormente masculina. Luego los hombres emigrantes empezaron a solicitar visados para sus esposas e hijos a través de la reagrupación familiar, un patrón que es considerado como el principal y el más antiguo en esta comunidad.
Según explica Tahira Vargas, las mujeres tienen serias limitaciones para iniciar negocios o cualquier actividad emprendedora a pesar de que son las principales receptoras de remesas debido a que los esposos mantienen un control muy estricto sobre el destino que le darán a esos recursos.
"En muchos casos los maridos deciden ponerles un negocio a las mujeres, y hasta eligen el tipo de negocio que van a poner sin consultarlas", destacó.
Esto se debe a que la mujer es la que permanece a cargo del hogar y del cuidado de la familia, pero continúa siendo el hombre, aunque esté muy lejos, quien ejerce el control sobre ella.
La naturaleza del proceso afianzó la dependencia de las mujeres de sus parejas, una experiencia opuesta a la que se observa con la migración hacia Europa, en la que las mujeres incurren más que los hombres y consiguen empoderarse con mayor facilidad entre otras razones, porque obtienen mejores ingresos que en Norteamérica.
De hecho, en este estudio de Las Placetas no se halló ningún caso de mujeres que le envíen remesas a sus esposos, que es un patrón muy común en las comunidades con una migración más dirigida a Europa que a Estados Unidos.
Vargas sostiene que si las mujeres tuvieran la libertad de utilizar las remesas, sobre todo las llamadas remesas colectivas*, de un modo más sostenible y que genere un aumento del capital social, éstas contribuirían al desarrollo de las comunidades rurales de forma más directa.
La experta señala que en muchos casos las mujeres ni siquiera pueden participar en las organizaciones para el desarrollo comunitario porque sus esposos, desde la distancia, no lo consienten, y ellas no están preparadas para enfrentar las consecuencias de "romper con las reglas patriarcales".
En este sentido, la investigadora recomienda promover la integración de las mujeres a organizaciones que puedan implementar proyectos, como el Club de Madres, en el caso específico de Las Placetas.
Entiende que desde estos espacios las mujeres no sólo tendrán la oportunidad de empoderarse socialmente, sino también la de hacer aportes importantes a un pueblo que, como muchas comunidades rurales del país, luce rezagado y con una población joven obligada a emigrar por la falta de oportunidades.
De hecho, Las Placetas es una comunidad que ha perdido a muchos de sus dirigentes comunitarios más importantes por la necesidad que han tenido de emigrar. Vargas cuenta que un ejemplo de esto es la Asociación de Caficultores, que desapareció porque sus líderes se fueron del pueblo.
La activación de esta asociación y su fortalecimiento es otra de las recomendaciones contempladas en el estudio, que fue puesto en circulación este jueves 7 de abril pero llevado a cabo durante el año 2008.
*Las remesas colectivas son las que los emigrantes envían para beneficio de la comunidad de manera general. En algunas comunidades, como Postrer Río, en Neiba, los emigrantes están organizados y han creado mecanismos de cooperación para ayudar a su comunidad. En Las Placetas las donaciones colectivas tienen lugar de manera esporádica, según el estudio citado.