(Tomado de Eleconomista.es/Vicente Nieves).- La cruzada emprendida por Donald Trump contra la globalización y el libre comercio tiene como objetivo el regreso de millones de puestos de trabajo a Estados Unidos, que en principio se han destruido por el comercio con países menos desarrollado.
No obstante, esta puede ser una cruzada contra un objetivo equivocado, puesto que el 88% de los empleos perdidos en la industria son obra del incremento de la productividad en el sector, debido a su creciente intensidad en factor capital (maquinaria y tecnología). | Trump firma la orden ejecutiva para renegociar el NAFTA y abandonar el TPP.
Estos son los datos que manejan Michael J. Hicks, profesor de Economía en el Miller College of Business, y Srikant Devaraj, investigador del Center for Business and Economic Research, en el trabajo The Myth and the Reality of Manufacturing in America, un estudio publicado en 2015 pero que cobra gran relevancia informativa ahora que Trump ha iniciado los procesos para cambiar el NAFTA y abandonar el TPP.
Según este documento, "tres factores han contribuido al cambio que ha sufrido el empleo en este sector en los últimos años: productividad, comercio y demanda interna. De forma abrumadora, el mayor impacto ha sido el de la productividad. Casi el 88% (entre 1999 y 2013) de los empleos perdido en las industria se pueden atribuir el fuerte crecimiento de la productividad de las fábricas de EEUU".
Los factores que 'destruyen' empleos
Por otro lado, el incremento de la demanda doméstica ha logrado amortiguar mínimamente ese golpe, añadiendo un incremento de trabajos al sector de 1,2%.
Por último, este estudio destaca que "las exportaciones suponen un aumento de la demanda doméstica y del empleo, mientras que las importaciones reducen la producción y el empleo. La diferencia entre estos dos factores (exportaciones netas) ha sido negativo desde 1980 y ha contribuido al 13,4% de los puestos de trabajo desaparecido en la industria de EEUU".
James Sherk, investigador de la fundación Heritage, también defiendía esta misma teoría: "Los ordenadores han hecho la industria mucho más productiva automatizando tareas rutinarias. Este sector ahora ocupa a menos trabajadores, pero que producen muchos más bienes. Es quiere decir que los bienes industriales son más baratos, mientras que los trabajadores del sector ahora tienen un perfil de formación más elevado, lo que ha provocado que se eliminen millones de puestos de trabajo de las líneas de ensamblaje".
Por tanto, el principal causante de la desaparición de puestos de empleo ha sido la productividad. Un buen ejemplo dentro de la industria ha sido el sector de los ordenadores y productos electrónicos, cuya productividad se ha disparado un 829% entre 1998 y 2012, mientras que el de la industria de minerales no metálicos sólo ha crecido un 6% en el mismo periodo.
"Esto se debe a varios factores, entre los que destacan la automatización y las tecnologías de la información, que han absorbido este sector durante los últimos años. La mayor producción por trabajador ha significado también una reducción de los precios de estos bienes. Un ejemplo muy evidente es el de los bienes electrónicos", sostienen los economistas que han realizado este trabajo.
Un ejemplo numérico que puede resumir muy bien todos los párrafos anteriores, sostiene que si la productividad no hubiese aumentado en EEUU desde el año 2000, en el 2010 se hubieran necesitado más de 20 millones de trabajadores en la industria para producir la misma cantidad de bienes que fabricaron tan sólo 12 millones de trabajadores.