BUCAREST, Ramania (EFE).- La Policía rumana detuvo hoy en varias provincias del país a 24 personas, acusadas de pertenecer a dos redes dedicadas a la copia y fraude de tarjetas de crédito en España y América Latina, informó hoy la Fiscalía en un comunicado.

Los grupos desarticulados actuaban en territorio rumano, España, Colombia, México y República Dominicana, así como en Francia, Italia y Estados Unidos.

Según datos de la Fiscalía antimafia, la red ha causado un perjuicio superior a los 300.000 euros.

Un juez de la provincia sureña de Craiova decidirá en las próximas horas si los arrestados ingresan en prisión.

Rumanía es una de las primeras "potencias" mundiales en delitos de tipo informático.

Buena parte de las víctimas de estos fraudes están en el extranjero, de donde los piratas obtienen los mayores beneficios. EFE

Un problema muy costoso en República Dominicana

En un reportaje publicado recientemente en Acento.com.do, se resaltaba que sólo en los últimos dos años bancos y clientes han sido timados  por más de 200 millones de pesos en la República Dominicana, según investigaciones de las agencias de persiguen del delito electrónico.

Las autoridades han  desmantelado cuatro importantes  redes  con ramificaciones internacionales y más de 20 laboratorios de clonación tarjetas bancarias en los últimos 6 meses.

El uso del “squimin” requiere la complicidad del o la empleada del comercio en donde el titular realiza la compra o el pago. Las dimensiones del dispositivo permiten que el cajero o la cajera los oculte en una de sus manos y pasarlo por la tarjeta de crédito sin que el titular lo note

Recientemente, tres venezolanos fueron apresados en el país operando una organización que se dedicaba vulnerar el sistema informático de algunos bancos y de afectando el patrimonio económico de muchas clientes que visitaban hoteles de la zona Este del país.

Juan Orlando Navas Sebara, Héctor Vergara y Yolmsu González fueron apresados en “flagrante delito” en el municipio Santo Domingo Norte cuando se disponían a colocar equipos electrónicos para realizar fraudes en los cajeros de esa zona.

Investigadores de las agencias de persecución al crimen electrónico mostraron a reporteros de Acento.com.do un  registro criminal de nombres y fotos de reconocidos delincuentes  especializados en fraudes bancarios.

Ente los más reincidentes figuran Edward Caraballo Taveras, Wilmer Manzueta, Heriberto Santo Minaya, Raffy Manuel Lantigua, de  Julio Enrique Sánchez Veras (Mantequilla,) Hugo J. G Hernández, Luis José Medina Medina y Ruddy Jonaise Pérez Espinal, este último fue extraditado a los Estados Unidos donde fue condenado por fraude electrónico contra varias instituciones bancarias en esa nación.

Sólo el pasado año 2010 las autoridades policiales apresaron y sometieron a la justicia a 76 personas vinculadas al robo con tarjetas de crédito contra instituciones bancarias nacionales y extranjeras por más de 90 millones de pesos.

A los investigadores les preocupa la facilidad con que los timadores obtienen lectores de tarjetas a través de tiendas especializadas en la Web, ya que con unos pocos dólares se pueden obtener los aparatos denominados "skimmers" y tarjetas blancas listas para efectuar operaciones bancarias con los datos de otro usuario.

Explican que el aparato MSR400, uno de los modelos de "skimmer" de bolsillo utilizado para duplicar los datos, puede almacenar información de 3.000 tarjetas de bancarias, tiene batería recargable y conexión USB. Se consiguen en tiendas especializadas por unos 400 dólares e  incluyen 100 tarjetas blancas listas para ser grabadas.

Las autoridades han descubierto fraudes electrónicos entre empleados cajeros de supermercados, hoteles y líneas aéreas,  que utilizando un pequeño dispositivo llamado “squimin” que constituye uno de los avances tecnológicos al servicio de la clonación de tarjetas, permite, en unos segundos copiar los códigos de cualquier tarjeta bancaria convencional.

El uso del “squimin” requiere la complicidad del o la empleada del comercio en donde el titular realiza la compra o el pago. Las dimensiones del dispositivo permiten que el cajero o la cajera los oculte en una de sus manos y pasarlo por la tarjeta de crédito sin que el titular lo note, según explican los oficiales.