SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En opinión del especialista y productor Carlos Columna, el período establecido por las autoridades para la siembra del cereal debió planificarse en función de las condiciones particulares de las diversas zonas productivas, a fin de garantizar la eficacia y viabilidad de la medida.
Estimó que el calendario adoptado por el organismo –con el concurso de productores y molineros-, que circunscribe las cosechas a un mismo período en todo el país, “no se hizo desde un punto de vista científico”, al no tomar en cuenta factores como los tipos de suelo, las variedades del rubro y el estado de las maquinarias en las fincas arroceras.
En julio pasado, la Comisión Nacional Arrocera dispuso que las dos cosechas anuales (de primavera e invierno) se realicen del 31 de julio al 1 de diciembre, con miras a mejorar la calidad, así como los niveles de rentabilidad y competitividad del sector.
Tanto la Federación Nacional de Productores (Fenarroz) como la Asociación Dominicana de Factorías de Arroz (Adofa) externaron su apoyo a esta política sectorial, que en opinión de Columna no debe implementarse simultáneamente en todo el territorio nacional, sino en distintas épocas del año, según las características de cada zona arrocera.
“Esa medida tiende a normalizar las cosas, pero debió establecerse según de la zonas, por variedades, planificando la mejor época para cada variedad, no en un solo período (…) se habla de planificación de siembra y lo que debemos es planificar la cosecha… saber cuándo hay que sembrar para tener la mejor época de cosecha”, indicó el investigador al periódico Acento.
Puso de ejemplo la incidencia de las lluvias en el cultivo. “Si tú vas a sembrar en diciembre, hay que tomar en cuenta el régimen de lluvia, la humedad, porque es distinto preparar un suelo húmedo, que un suelo seco; el arroz que va a retoñar, por ejemplo, hay que tener en cuenta que no sea en época de lluvia, porque se va a ‘fanguear’ el suelo”, explicó.
Maquinarias no dan abasto
Otro problema que, según Columna, plantea dificultades para implementar el calendario de siembra en todas las provincias, es la carencia de recursos y equipos para procesar y comercializar el cereal, que evidencian muchos productores.
Indica que casi la mitad (el 49%) de las máquinas cosechadoras que hay en el país operan con fallas que merman el rendimiento por, y las que están en buenas condiciones no dan para suplir la demanda de las zonas arroceras.
“Aquí hay 192 máquinas en buen estado, pero están distribuidas en diferentes zonas y muchas veces ni en sus mismas zonas dan abasto… mover maquinas de una región a otra es difícil a veces”. Agregó que en el Bajo Yuna, por ejemplo, las maquinarias permanecen paralizadas durante días cuando está lloviendo mucho, algo muy común por esos predios.
Producir arroz “es un proceso: hay que limpiarlo, secarlo, conservarlo y procesarlo; entonces si no tenemos esa capacidad ¿qué va a pasar?”, se preguntó el técnico del sector privado.