Bombita, Barahona.-El proyecto de autogestión de mujeres que mereció el Premio Mujeres que Cambian el Mundo, del Banco BHD León, ha sido agredido por desconocidos que envenenaron miles de peces de los criaderos instalados para beneficio de la comunidad. Es el segundo ataque criminal de este tipo. El primero ocurrió en marzo.
El envenenamiento, que ocurrió la madrugada del pasado sábado, afectó 6 “jaulas”, de las 55 con que ya cuenta la empresa comunitaria. Cada jaula cuenta con aproximadamente 2 mil 500 peces. En total, unos 12 mil peces murieron por efecto de la sustancia venenosa que fue lanzada al agua por manos criminales. Las pérdidas, según los cálculos preliminares, ascienden a RD$ 250,000.00.
A Célida Marcelo y Yamiris Méndez Luis, coordinadora y presidente de del proyecto piscícola de crianza de tilapias, una iniciativa de la Asociación de Mujeres para el Progreso de la Bombita, se les pierde la mirada en el agua donde operan las 55 “jaulas” para la producción de peces. Están impotentes ante el crimen, que afirman no solo se comete contra ellas, sino en perjuicio del poblado al que han acompañado en la lucha contra la pobreza.
Las mujeres que lideran el proyecto, unas 18, de cien que lo iniciaron, vieron echar andar su sueño cuando se les entregó fondo necesario para el financiamiento ofrecido por distintas instituciones, como el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA), así como organismos internacionales. El presidente Danilo Medina en una visita sorpresa autorizó el financiamiento.
Pero hoy la impotencia les invade. Sienten que las autoridades no las han apoyado para apresar a los criminales que por segunda vez envenenaron el reservorio donde crían las tilapias provocando la muerte de cientos de peces y llevándolas a una situación financiera crítica, incluso con riesgo de quiebra.
Estas valientes mujeres, además producir, han tenido que convertirse ellas mismas en las guardianas y policías de su empresa comunitaria, turnándose noche y día, por lo menos hasta las 6 de la tarde, cuando disponen de dos vigilantes, para evitar que de nuevo personas antisociales vuelvan a envenenar los peces o a provocar cualquier otro daño al proyecto de piscicultura de batey Bombita.
Recordaron que el 19 de marzo de este año, fue la primera ocasión en que manos criminales les envenenaron los peces, perdiendo en ese momento 83 mil unidades de tilapias. Entonces apenas pudieron conservar 21 mil, de los 104 mil peces que tenían. Los peces envenenados estaban casi listos para ser enviados al mercado.
Estas valientes mujeres, además producir, han tenido que convertirse ellas mismas en las guardianas y policías de su empresa comunitaria, turnándose noche y día, por lo menos hasta las 6 de la tarde, cuando disponen de dos vigilantes, para evitar que de nuevo personas antisociales vuelvan a envenenar los peces o a provocar cualquier otro daño al proyecto de piscicultura de batey Bombita.
Explicaron que esta situación las está llevando a entrar en una situación de impago de los 5.9 millones de pesos que el gobierno, a través del Feda les prestó para desarrollar el proyecto. Reconocieron que antes, debido a los efectos de la prolongada sequía, el Gobierno les había dispensado del pago pendiente hasta que se recuperaran.
Un crimen
Célida Marcelo, quien es la vocera del proyecto y quien lo ha representado en eventos nacionales e internacionales, dijo que la crianza de peces de esta comunidad ha significado una tabla de salvación para las 18 familias que lo integran. Explicó que esta empresa de autogestión ha contribuido a sacar adelante al poblado.
Recordaron que el primer sabotaje lo sufrieron el 19 de marzo de este año, perdiendo entonces unas 83 mil unidades de peces con un costo económico superior a los RD$3 millones. Sumada esta pérdida a la actual, tomando en cuenta los peces muertos y otros factores, alcanza cerca de RD$4 millones.
“Ese es un daño terrible al proyecto que involucra a 18 mujeres emprendedoras, cabezas de familia y que busca crear capacidades económicas y empoderamiento, el cual hemos logrado, pero con acciones criminales y de vandalismo buscan frenarnos”, dijo Célida Marcelo con rostro de preocupación.
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Aunque en el pasado reciente la sequía afectó la producción de peces, los ataques criminales han sido de gran daño. Los peces son vendidos en el mercado local a 70 pesos la libra. El proyecto suple al comercio provincia y regional, y a los intermediarios.
Marcelo y Méndez Luis dijeron que estos obstáculos no las van a amilanar. Resaltaron que llevan siete años de trabajo y sacrificios, venciendo los problemas. Reiteraron su llamado a las autoridades para que descubra quién o quiénes están detrás de estos hechos criminales, para que sean puestos bajo prisión y enviados a la justicia.
Ordenan investigación
El fiscal titular de Barahona, Yván Ariel Gómez Rubio, consultado al respecto, dijo que por disposición del Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, se ha ordenado hacer una investigación sobre el envenenamiento de los peces que afecta al proyecto pesquero que integran mujeres de la comunidad de Bombita.
“Mañana a las diez de la mañana, por instrucciones del Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, iniciaremos la investigación de este criminal acto para apresar al o a los responsables”, dijo.
Admitió que no es la primera vez que ocurre esta situación, ya que tienen conocimiento de otro envenenamiento ocurrido en el proyecto, provocando problemas financieros a las laboriosas mujeres de Bombita.
El procurador para los delitos de medio ambiente, Esteban Sánchez, dijo que hasta el momento no han recibido denuncia sobre el caso por parte de la Asociación de Mujeres para el Progreso de la Bombita y que desconocían si la denuncia había llegado a la fiscalía.
Sin embargo, afirmó que se trata de una red de la que ese organismo tiene conocimiento que opera en no solo en Bombita, sino en Pescadería y Santana, del municipio de Tamayo, dedicada al envenenamiento de los peces para luego venderlos, tanto en el cruce de Palo Alto como en el de Vicente Noble.
El sábado, oficiales investigadores de la subdirección Adjunta de Investigaciones Criminales (Dicrim), de la Dirección Regional Sur de la Policía Nacional se presentaron a la comunidad a indagar sobre el hecho.
El proyecto
El proyecto piscícola La Bombita surgió a partir de una colaboración voluntaria de las integrantes de la Asociación de Mujeres Hacia el Progreso de Bombita, de las manos con la Fundación Central Barahona, del Consorcio Azucarero Central, arrendatario del ingenio Barahona.
Previo al inicio del proyecto, recordó Marcelo y Méndez Luis, las socias recibieron una capacitación de tres meses por parte del Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Idiaf), sobre manejo y cuidado de tilapias en jaulas, ya que era la primera experiencia de ese tipo en la zona.
“Luego aprendimos, en un curso ofrecido por la Misión Técnica de Taiwán, a tejer las mallas. Durante estos siete años que tenemos en el proyecto hemos tenido éxitos, pero muchos obstáculos en el camino”, dijo Célida Marcelo.
Además, a través del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), consiguieron RD$600,000, de un fondo no reembolsable, dinero con el que construyeron 14 jaulas. “Como emprendedoras, al fin comenzamos a vender y a reinvertirle al proyecto”.
Aunque dicen estar fuertes y decididas a echar adelante, admiten que están muy preocupadas porque los criminales podrían llevarlas a la quiebra, lo que destruiría un sueño de una comunidad laboriosa.
Marcelo y Méndez Luis dijeron que si no hay sanción a los criminales que han provocado este crimen, se convertirá en una situación recurrente que las impactará negativamente en términos económicos y de calidad de vida.
Seguridad
El proyecto tienen su propia seguridad: dos personas que son del mismo poblado son los responsables de evitar lo que ha ocurrido, los cuales tienen salarios de RD$ 7,500.00 cada mes.
Durante el día, la vigilancia del proyecto corresponde a las mujeres socias del proyecto, ya que la jornada de los dos vigilantes que inicia a las seis de la mañana, termina a las 7 de la mañana.
“A la siete de la mañana un grupo de las socias recibe a los dos vigilantes para dar de comer a los peces, luego, la relevan a otras dos mujeres a las 10 de la mañana y, así sucesivamente en horarios de cada dos horas para que cada una de nosotras pueda hacer sus quehaceres domésticos, atender los hijos y a nuestros maridos”, dijo Célida Marcelo.
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