PUERTO PRINCIPE, Haiti.- Hace una treintena de años, el régimen de Duvalier proclamó alto y claro su ambición de hacer de Haití “el Taiwán del Caribe”. Después, este sector de la actividad económica, la industria de la subcontratación tuvo días auspiciosos, pero en los últimos años, ha sufrido períodos de declive, como consecuencia de la situación política en el país, especialmente.

Sin embargo, en medio de este período de decadencia que cuestionaba el futuro de esta industria, cuando los demás estaban cerrando el negocio, un inversionista dominicano, Fernando Capellán apostó, más que arriesgó, por abrir las puertas en agosto de 2003 de CODEVI, la Compañía de Fomento Industrial en Juana Méndez (Ouanaminthe). Once años después, CODEVI sigue siendo el proyecto socioeconómico más grande de la zona y el mayor empleador de la región norte del país.

“El proyecto tuvo muchas dificultades en su comienzo, pero once años más tarde es sin duda un gran éxito que disfruta tanto la ciudad de Juana Méndez (de más de 2 millones de gourdes en ingresos diarios) como los dirigentes de CODEVI”, reconoció Gregor Avril, exdirector ejecutivo de la Asociación de Industrias de Haití (ADIH).

“Gracias a su dedicación y compromiso en los últimos once años de existencia en Juana Méndez, CODEVI ha podido convertirse en uno de los mayores empleadores en el sector textil […] Nos han demostrado un gran compromiso con el país y con los empleados”, declaró por su parte Fernando Capellán.

Fernando Capellán, gestor y propietario de CODEVI
Fernando Capellán, gestor y propietario de CODEVI

La senadora Jocelerme Privert, secretaria de Estado de Hacienda entonces, había recibido un mandato del presidente Aristide para acompañar a Fernando Capellán en sus esfuerzos para abrir CODEVI. Una década más tarde, la parlamentaria recuerda vívidamente los obstáculos que enfrentó.

“En primer lugar, nos enfrentamos a la falta de un marco jurídico […] la ley de zonas francas aún no había sido aprobada; luego, tuvimos que identificar un lugar para la instalación del parque y Juana Méndez fue elegida por los desarrolladores”, resumió el senador Privert.

¡No hay que preocuparse! Haciendo caso omiso de los obstáculos, Fernando Capellán decidió echar adelante el proyecto.

“CODEVI es el resultado de la visión de un hombre que en la década de 2000, entendió cómo crear sinergias mediante la combinación de la mano de obra haitiana abundante y a bajo costo que estaba en la frontera, los incentivos ofrecidos por la legislación haitiana, y la pericia dominicana con el respaldo de una infraestructura moderna en territorio vecino”, dijo Gregor Avril sobre Fernando Capellán, fundador y director general del Grupo M, el propietario de CODEVI.

Siendo modesto, Fernando Capellán no está de acuerdo en recibir todo el crédito por este éxito. “Creemos que este éxito se debe a que cada día los 7,000 empleados se identifican con el trabajo que realizan […] Todo el mundo tiene la oportunidad de recibir formación y mejorar la calidad de vida su familia”, dijo el industrial dominicano.

Ante este éxito rotundo, algunos industriales haitianos no bajan las armas. “CODEVI no tiene nada que enseñarnos […] Con las leyes HOPE (esperanza) y HELP (ayuda), Haití ha tenido sus ventajas, pero como CODEVI era la que tenía espacio, es la que más se ha beneficiado”, dijo Georges Sassine secamente, quien como expresidente de ADIH, trabajó con el Congreso para aprobar ambas leyes.

“En 1986, había más de 180 fábricas en el país, continuó Sassine. “Después del embargo, la falta de infraestructura y también la falta de relevo en el sector terminaron la edad de oro de la subcontratación en Haití”. Sin embargo, reconoce que gracias a las leyes HOPE y HELP, estas le dieron a Haití beneficios muy ‘palpables’”; se crearon 21,000 puestos de trabajo en los últimos cinco años.

El economista Pierre Marie Boisson cree que CODEVI es más competitiva que las empresas textiles de Haití porque exporta desde un puerto dominicano más moderno y más barato, tiene mejores contratos, y también por su proximidad a la frontera entre Haití y República Dominicana.

Según Gregor Avril, el uso de un nivel avanzado del concepto de coproducción, o plantas gemelas (twin plants) desempeña un papel vital en el éxito de la CODEVI. Y pasa a explicar:

“La ropa se fabrica o ensambla en la fábrica situada en CODEVI, situada en la zona franca de Juana Méndez; esta se transfiere para ser terminada en las plantas de Grupo M en Santiago y se envía desde los puertos dominicanos hacia el mercado norteamericano, en particular (y a Europa) […]. También se benefician de la ley HOPE, porque son fabricados o ensambladas en Haití”.

El economista Péguy Boisson destaca el uso de fondos de la CFI de CODEVI, sin embargo, Fernando Capellán se basa en la experiencia del grupo que preside. “Creemos que los 28 años de experiencia de nuestro Grupo M (en República Dominicana) nos han sido de gran utilidad al configurar nuestra fábrica en Haití […] y también para lograr la eficiencia necesaria para competir en todo el mundo”, dijo Capellán.

Varias fuentes dan fe de que el éxito de CODEVI podría extenderse muy pronto, con un renacimiento en el campo de la subcontratación externa. Georges Sassine ya anunció para el próximo año la creación de 15,000 nuevos puestos de trabajo.

Fernando Capellán considera que “diversas organizaciones [internacionales] están dispuestas a trabajar en el desarrollo de las industrias, siempre que presenten su plan estratégico de acuerdo con los requerimientos de la industria global actual, como la responsabilidad social de la empresa, la sostenibilidad, además del compromiso, el respeto y la transparencia en las relaciones con los empleados”.

CODEVI trabaja para cumplir con estos estándares; otras industrias en Haití pueden seguir esta senda.