SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El diputado de la Fuerza Nacional Progresista Pelegrín Castillo tiene interés en concentrar en un solo Ministerio el aspecto minero y de energía, que hoy está disperso entre el Ministerio de Industria y Comercio y la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE).
Cuando Danilo Medina y Castillo se reunieron en la campaña electoral, esa propuesta estuvo presente en el diálogo, bajo el entendido de que el país tiene un potencial extraordinario para hacer frente a los déficits energéticos y de administración de sus recursos. Pelegrín Castillo está convencido de que en el país existe petróleo y que es posible explorarlo y explotarlo.
En una actividad reciente, sobre energía y mina, se invitó a diversos sectores a analizar el proyecto y sus posibilidades, y en vez de presentar a Pelegrín Castillo como presidente de la Comisión de Energía y Mina de la Cámara de Diputados, cometieron el error de presentarlo como Ministro de Energía y Mina.
La Fuerza Nacional Progresista está convencida de que Pelegrín Castillo está destinado a ser ministro, en la administración de Danilo Medina, en el caso de que se aprobara una nueva burocracia gubernamental para el tema de Energía y Mina.
Dos medios de comunicación han editorializado, a favor y en contra del proyecto. El Día, que lo favorece, y la revista La Lupa Sin Trabas, que lo rechaza.
Pelegrín ha divulgado por correo electrónico el editorial de El Día, que damos a conocer a continuación, seguido del editorial de la edición 17, del 10 de abril, de la revista La Lupa, escrito por Bernardo Vega:
La Lupa Sin Trabas, Editorial
No. 17
El presidente Danilo Medina en su discurso de toma de posesión anunció que enviaría al Congreso un proyecto de ley creando un Ministerio de Minería y Electricidad. Creemos que es una mala idea
Nuestra minería, ciertamente, requiere de una fuerte supervisión estatal. No es sólo cuestión de vigilar las actuaciones de la Barrick, la Falconbridge y Cormidón, actualmente en operación, sino que varias empresas extranjeras importantes están explorando en la búsqueda de oro con buenas posibilidades de que eventualmente solicitarán licencias o contratos de explotación. No hay que dudar que la minería se convierta en el renglón más importante de nuestra economía, por lo que se requiere aumentar la capacidad de supervisión, hoy día delegada a una Dirección General de Minería adscrita al Ministerio de Industria y Comercio.
Pero pasar la supervisión de una dirección general a un nuevo ministerio no es la solución. En un ministerio nadie puede ganar más que el ministro, por lo se dificulta contratar a técnicos especializados de mucha profesionalidad, como el caso amerita. Además, se corre el riesgo de cambios de personal cada vez que entra un nuevo gobierno, lo que desestimula a que técnicos capacitados opten por trabajar allí.
La solución es crear un instituto, con cierta autonomía presupuestaria y administrativa como es el caso del INDOTEL, donde se pagan buenos salarios y su personal mantiene continuidad. ¿Qué es más importante para el país, supervisar a las compañías telefónicas, a los canales de televisión y las empresas radiofónicas, o a las minas de oro? En otros países del hemisferio donde la minería es importante, son este tipo de organismos y no los ministerios los que regulan al sector.
Por otro lado, hacer que la energía dependa de un nuevo ministerio y no de la CDEEE, sería crear una nueva y complicada superestructura que haría aún más difícil manejar al sector más deficitario de nuestra economía. ¿Se imaginan a Bichara consultando con el Ministro de Energía? Si cada día más el Estado es mayor dueño de ese sector, tiene ya las tres distribuidoras y está por contratar dos nuevas plantas, ¿por qué hacer que dependa de un ministerio?
EL DIA 7 de abril
Ministerio de Energía y Mina
En nuestro país hay instituciones que hacen falta algunas que sobran y otras que están sobredimensionadas.
Por ejemplo, los ministerios de la Juventud y la Mujer, junto con una serie de instituciones, como el Consejo Nacional de la Niñez, Consejo Nacional de Envejecientes y otras entidades similares, perfectamente pudieran ser fusionados para reducir burocracia y tener una visión integral de la participación del Estado en la institución llamada “familia”.
Sin embargo, hay otras que deben surgir, como por ejemplo un Ministerio de Energía y Mina, especialmente visto el impacto que tiene sobre todo el país el tema de los combustibles, la electricidad y ahora la minería.
Varios de esos aspectos están disgregados o enquistados en otras entidades en las que lucen parches mal pegados.
El manejo de los temas relacionados a los combustibles está distorsionando la razón de ser del Ministerio de Industria y Comercio, pues a lo que menos se dedica ahora es a fomentar las dos áreas que dan origen a su nombre: la industria y el comercio.
Sin embargo, los asuntos relativos a la energía están disgregados en una Comisión Nacional de Energía, la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales, la Superintendencia de Electricidad y numerosas empresas públicas y privadas destinadas a generar electricidad o a comercializarla.
Lo mismo ocurre con la Minería, que en los próximos años pasará a ser uno de los principales renglones de exportaciones del país
Con esta simple mirada nos atrevemos a decir que se hace impostergable la creación del Ministerio de Energía y Mina.