SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Durante los primeros siete meses del año, la educación concentró el 21% de los fondos públicos invertidos por la administración de Danilo Medina, una cuota que duplicó la destinada al sector salud, que fue de un 10.49%.
Esa orientación del “gasto funcional” del Gobierno en el período enero-julio denota “el triunfo popular” de la campaña del 4% del PIB (Producto Interno Bruto) para el ámbito educativo, que promovieron diversos sectores sociales, políticos y empresariales.
Un análisis de la firma especializada ANALYTICA indica que después de la educación, los sectores a los que se destinaron más recursos estatales fueron el pago de la deuda púbica (15.7%), administración general (12.7%), energía (12.1%), salud (10.4%) y protección social.
Hacia estos renglones fluyó el 75% del gasto total del Gobierno Central a julio del 2014, concluye el estudio elaborado con base a las estadísticas de la Dirección General de Presupuesto (Digepres).
A diferencia de las clasificaciones que incluyen partidas como salarios, bienes y transferencias, el gasto funcional “indica el destino que se da a los fondos públicos” y es una herramienta óptima para medir el nivel de compromiso de los gobiernos con el desarrollo de algunos sectores económicos y sociales, se explica.
Reforma del sector eléctrico y déficit
En otro orden, el análisis de ANALYTICA sostiene que una reforma integral del sector eléctrico sería “crítica” de cara a una reducción sostenible del gasto gubernamental, dada la imposibilidad de una reducción a corto plazo del gasto en intereses, así en los sectores administrativo, salud y protección social, lo cual tendría un alto costo político.
Otro componente es que al comparar la orientación del gasto estatal en los años 2013 y 2014, particularmente el gasto inherente al pago de intereses, se advierte “una estacionalidad semestral, de acuerdo con el esquema de pagos de los bonos que emite el Gobierno”.
Señala que el gasto en educación tiene un comportamiento muy parecido al gasto total: ciertas fluctuaciones en los primeros dos trimestres, un tercer trimestre deprimido, y finaliza con una aceleración marcada a fin de año.
“Esto permite, suponiendo que la dinámica del gasto no cambie, pronosticar el rumbo del déficit gubernamental, que ciertamente sería marcadamente mayor en el último trimestre”, observa.
Hasta el momento del análisis “sólo se ha ejecutado alrededor de un cuarto” del déficit de 2.8% del PIB planteado en el presupuesto del 2014, por lo que el Gobierno “tiene la oportunidad de cambiar su dinámica y lograr un resultado presupuestario todavía más optimista”.