Redacción de Internacional, 17 dic (EFE).- EEUU y Cuba, que han emprendido hoy un cambio profundo en sus relaciones, llevan 53 años sin apenas contacto y con el embargo económico de Washington sobre Cuba como telón de fondo.
El presidente de EEUU, Barack Obama, ha emplazado al Congreso a abrir un debate "serio y honesto" sobre el embargo, con vistas a superarlo.
La historia del bloqueo económico a Cuba comenzó el 20 de octubre de 1960, después de que en septiembre anterior Fidel Castro hiciera un llamamiento a las fuerzas populares latinoamericanas a sublevarse contra el imperialismo estadounidense.
Desde entonces, sus relaciones han estado determinadas durante años por el "contrataque". A una medida tomada por Estados Unidos contraria a la Isla le seguía la respuesta contraria de La Habana: si se rebaja la cuota azucarera cubana, Castro nacionaliza veintiséis empresas estadounidenses.
Pero esa convivencia, de amor y odio, vivió a partir de en 1977 un relajamiento en las disputas. Se levantaron las restricciones que pesaban sobre ciudadanos estadounidenses para viajar a Cuba, se firmó un tratado de pesquerías -luego roto- e incluso Castro viajó a Nueva York para intervenir en la ONU.
Ese acercamiento se truncó en 1981 con la llegada a la Casa Blanca del republicano Ronald Reagan.
Una ofensiva verbal entre ambos dirigentes hizo que la isla caribeña se declara en estado de alerta.
Un año después comenzaron una serie de acciones hostiles. Actos de piratería, suspensión de la única aerolínea comercial de la isla y diplomáticos cubanos expulsados de EEUU acusados de espionaje congelaron las relaciones.
El 20 de mayo de 1985, el Gobierno cubano suspendió el acuerdo de emigración firmado con Washington en diciembre anterior a raíz del inicio de las emisiones de Radio Martí.
La respuesta de Estados Unidos fue la prohibición de viajar a Cuba a todo residente en ese país de origen cubano.
Los siguientes años fueron muy duros, ya no sólo fueron enfrentamientos verbales, sino que las actuaciones fueron mayores.
En la base de Guantánamo se dispusieron incluso tropas y bombarderos, al tiempo que Cuba movilizó tropas regulares y milicias.
El 5 de febrero de 1992, el congresista demócrata Robert Torricelli presentó una Ley que endureció el bloqueo y aisló definitivamente la isla. Luego, la norma fue acentuada por la ley promovida por el republicano Jesse Helms en 1996.
En 1994, la "Crisis de las Embajadas" y la "Crisis de los Balseros" acentuaron la tensión.
Las grandes dificultades económicas tras cuatro años de "Periodo Especial", con escasez generalizada de productos y recursos, propició que los cubanos a viajan hacia Florida.
Unos 40.000 cubanos se lanzaron al mar sobre cualquier cosa que flotara. La gran mayoría fueron a parar a la base de Guantánamo y a Panamá.
La Presidencia del demócrata Bill Clinton no relajó el embargo. Al contrario, tras el derribo de avionetas de la organización de exiliados "Hermanos al Rescate" en 1996 por Cuba, la Casa Blanca decidió la suspensión de todos los vuelos comerciales entre EEUU y Cuba y el endurecimiento del embargo comercial.
Además, el caso por la custodia del niño balsero Elián González enfrió más los contactos, pese a que Justicia estadounidense dictaminó su regreso a La Habana desde Miami.
Con George Bush, se endurecieron las relaciones, con el mantenimiento las restricciones a la isla o el aumento de las ayudas a la disidencia.
La sustitución de Fidel Castro por su hermano Raúl en 2006 pareció abrir un periodo tendente a la normalización de las relaciones.
Tiempo después, el presidente Barack Obama se mostró partidario de "un nuevo comienzo" en las relaciones mutuas.
En este sentido, la Casa Blanca dio algunas muestras de acercamiento, como la reducción de las restricciones de viajes a los cubanoamericanos o el envío de remesas.
También se retomaron las conversaciones sobre temas migratorios, que todavía continúan.EFE