Washington (EFE/Alfonso Fernández).- La ausencia de candidatos alternativos al actual presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim, en el recién abierto proceso de selección para un nuevo mandato y las críticas internas vuelven a sembrar dudas sobre la transparencia y credibilidad de la principal institución internacional de desarrollo.
El pasado 23 de agosto el BM anunciaba el inicio del proceso de selección de su presidente para el nuevo mandato 2017-2022, con la recepción de candidaturas abierta hasta el 14 de septiembre.
Sin embargo, a menos de una semana para que se cumpla el plazo solo se ha presentado una: el actual presidente Jim Yong Kim, doctor estadounidense de origen surcoreano, y no se esperan más.
Estados Unidos, el principal accionista y contribuyente, anunció rápidamente su respaldo a Kim, y se sumaron posteriormente los gobiernos de Brasil, China, Francia, Alemania e Indonesia, entre otros, lo que hace improbable que haya otros candidatos.
Desde su fundación en 1944 como parte de los Acuerdos de Bretton Woods para configurar un nuevo sistema financiero internacional, junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el BM ha sido siempre dirigido por un estadounidense, mientras que el Fondo es encabezado por un europeo.
"A menos que remodelemos las reglas de juego, el BM enfrenta la posibilidad real de convertirse en un anacronismo en la escena internacional", agregó la carta, que subraya que durante "doce veces consecutivas se ha elegido a un hombre estadounidense" como presidente
En 2012, en un intento por ofrecer una imagen de diversidad, se abrió la competencia con la participación de dos candidatos alternativos a Kim, la ex ministra de Finanzas de Nigeria Ngozi Okonjo-Iweala, y el exministro colombiano José Antonio Ocampo.
Ante este nuevo proceso de selección en el que Kim no cuenta con rivales, Ocampo explicó a Efe que "se trata de un paso atrás respecto a la elección anterior, en la cual, de todas maneras, los candidatos alternativos no estuvimos en igualdad de condiciones".
Sobre el primer mandato de cinco años de Kim, el economista colombiano y actual profesor de la Universidad de Columbia de Nueva York aseguró que este periodo "no ha sido destacado en la historia del Banco Mundial, ya que ha tenido un amplio rechazo de sus empleados y la reestructuración que llevó a cabo ha sido muy compleja y no necesariamente mejoró la estructura" del organismo.
En el seno de la institución, que el pasado año realizó préstamos para proyectos de desarrollo por más de 50.000 millones de dólares, el desencanto es palpable, y se ha pasado de las críticas internas a las públicas.
A comienzos de agosto, la asociación de empleados del organismo divulgó una carta abierta en la que reprochaba las normas de elección del presidente de la institución.
"En el Banco Mundial predicamos los principios de buen gobierno, transparencia, diversidad, competitividad internacional y selección basada en el mérito. Desgraciadamente, ninguno de estos principios ha sido aplicado en la designación de los presidentes pasados", apuntó el documento de la asociación que agrupa a gran parte de sus 15.000 empleados.
"A menos que remodelemos las reglas de juego, el BM enfrenta la posibilidad real de convertirse en un anacronismo en la escena internacional", agregó la carta, que subraya que durante "doce veces consecutivas se ha elegido a un hombre estadounidense" como presidente.
También el New York Times lamentaba esta semana la falta de disputa para su jefatura.
"El hecho de que la institución no esté utilizando esta elección como una oportunidad para debatir visiones distintas no presagia nada bueno para su futuro", recalcó el diario en un editorial.
En los últimos años, el Banco Mundial enfrenta una creciente competencia internacional por otras entidades de desarrollo regionales que están ganándole la partida frente al burocrático organismo con sede en Washington, así como el surgimiento de nuevas instituciones alternativas.
Es el caso de los recientemente creados Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), de los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica); o el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), lanzado por China para reforzar su posición en la región y ante el que EEUU ha mostrado ya su recelo. EFE