WASHINGTON, Estados Unidos (EFE).- Líderes demócratas y republicanos del Congreso continúan hoy las maratónicas negociaciones para evitar el cierre del Gobierno esta medianoche que, según la Casa Blanca, perjudicaría la débil recuperación económica en EE.UU.
Los legisladores trabajaron hasta altas horas de la noche para lograr un acuerdo sobre los fondos para los seis meses que restan del año fiscal 2011 pero, según indicaron hoy fuentes legislativas, aún no llegan a una solución consensuada.
El presidente Barack Obama, que ha advertido sobre el impacto de un cierre del Gobierno en la recuperación económica, se ha reunido tres veces en los últimos dos días con el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, y el presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., John Boehner.
La Casa Blanca no ha dicho aún si Obama volverá a convocarlos a su despacho hoy para las reuniones privadas.
Sin embargo, los equipos negociadores de la Casa Blanca y de los líderes del Congreso se renovaron esta mañana.
Parte de la disputa es que los demócratas han propuesto recortes por un total de 33.000 millones de dólares, pero los republicanos lo consideran insuficiente.
En aras de la austeridad fiscal y con el objetivo declarado de reducir el déficit, los republicanos insisten en que la principal traba de las negociaciones es, precisamente, el nivel de recortes al presupuesto federal.
Pero, en los últimos días, los demócratas y republicanos también discuten sobre la propuesta republicana de recortar 300 millones de dólares para los servicios de salud reproductiva y planificación familiar que ofrecen los centros de Planned Parenthood.
Reid se ha quejado de que, en el fondo, se trata de una "batalla ideológica que no tiene nada que ver con la integridad fiscal del país".
El "número dos" de la bancada demócrata en la Cámara Baja, Steny Hoyer, dijo hoy en un programa de la cadena televisiva NBC que los legisladores están "muy cerca" de lograr un acuerdo, ya que han logrado consenso sobre un "70 por ciento" del contenido del presupuesto.
Al criticar la aparente reticencia de los republicanos, Hoyer recordó que cuando los demócratas controlaban la Cámara baja y tenían desacuerdos con la Administración del presidente George W. Bush, "hicimos concesiones".
Si los legisladores no logran un acuerdo, o al menos aprueban otra medida temporal de gastos, la mayoría de las agencias gubernamentales comenzarían a cerrar sus operaciones esta medianoche por falta de fondos para salarios y servicios.
Los parques nacionales, museos y el Servicio de Rentas Internas (Hacienda) figuran entre los que se verían afectados por un cese de las operaciones gubernamentales.
Sólo los trabajadores considerados "esenciales" para esas operaciones permanecerían en sus puestos, entre éstos los carteros, controladores aéreos y los miembros de las Fuerzas Armadas.
Las operaciones de vigilancia de las fronteras, aeropuertos y puertos marítimos continuarían sin interrupciones, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
El resto de los trabajadores de la fuerza laboral federal, incluyendo el Congreso, quedaría sujeto a una suspensión temporal y, debido a una ley de 1884, tendría prohibido trabajar de forma voluntaria durante el cierre del Gobierno.
Así, los trabajadores suspendidos, o bajo "furlough", que es el término utilizado en inglés, tendrían que entregar sus Blackberrys, cédulas de trabajo y demás instrumentos de trabajo.
La última vez que hubo un cierre del Gobierno ocurrió durante la década de 1990, bajo la presidencia de Bill Clinton, pero las pugnas partidistas terminaron perjudicando a los republicanos. Clinton ganó la reelección en 1996. EFE