SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El ministro de Industria y Comercio defendió la forma con que el gobierno maneja el precio de los combustibles, y explicó que si algún país le regalara la gasolina a la República Dominicana, como quiera el consumidor final tendría que pagar alrededor de 99 pesos como consecuencia de los impuestos y margen de comercialización que graban a los hidrocarburos.

José del Castillo Saviñón dijo que no obstante a esa realidad, la institución que dirige ha dispuesto rebajas significativas en los derivados del petróleo a tal punto que la gasolina redujo su precio en el 2014 en 92 pesos, mientras que el gasoil tuvo una reducción de 96 pesos, es decir una disminución de dos dólares.

El pasado viernes 15, Industria y Comercio informó que para la semana del 16 al 22 de enero los precios de todos los combustibles líquidos a nivel local bajarían, excepto el Gas Licuado de Petróleo (GLP), colocándose la Gasolina Premium a RD$177.00. De este costo, 99 pesos son impuestos, equivalente al 55.93 %.

Del Castillo Saviñón sostuvo que por los motivos antes mencionados, impuestos y margen de comercialización, la reducción que ha experimentado el precio del barril del petróleo en los mercados internacionales no puede guardar relación con la rebaja que se han aplicado a los combustibles.

Entrevistado por Héctor Herrera Cabral en el programa D´AGENDA que cada domingo se difunde por Telesistema Canal 11, el funcionario aclaró que la ley 112-00 que se aprobó en el gobierno de Hipólito Mejía estableció un impuesto de un 44 por ciento para el precio de la gasolina regular, cuyo monto deber ser indexado cada año conforme se comporte la inflación.

Explicó que en el año 2006 se le aplicó un impuesto ad-valoren, lo que implica que por  ese concepto, más el margen de comercialización para detallistas, distribuidores y transportistas, existe un gravamen total de un 66 por ciento sobre el precio de importación, que es el precio final a que se vende al público.

“Si algún país del mundo se anima a regalarnos la gasolina y a que nos costara cero, como quiera hay que aplicar una fórmula, cero en el precio de paridad de importación, más impuestos que en el caso de la gasolina es de 67 pesos, más márgenes de comercialización que son 30 y tantos pesos, estaríamos hablando que ese producto por ambos conceptos costaría al público alrededor de 99 pesos”, detalló el ministro de industria.

El funcionario ejemplificó que si cualquiera de los combustibles, pero principalmente el caso de la gasolina, llega a costar en el mercado internacional 50 pesos, necesariamente al consumidor le llegaría a 150 pesos el galón debido a las explicaciones antes mencionadas.

“A que equivale eso,  que aunque el precio a que compro la gasolina bajó en un 50 por ciento, el precio de venta al público va a bajar un 25 por ciento, que sería sumar lo que antes me costaba 100 que ahora me cuesta 50, más los 100 de impuestos y márgenes que no varían, eso quiere decir que de 200 pesos que costaba la gasolina en ese escenario imaginario, con la rebaja del 50 por ciento, le llegará al consumidor a 150 pesos el galón”, apostilló Del Castillo Saviñón.

Dijo que el ejemplo antes mencionado confirma que aunque las autoridades apliquen el 100 por ciento de la rebaja de los combustibles en el mercado mundial, como quiera la reducción al público solo será de un 50 por ciento.

El funcionario fue enfático en señalar que el 90 por ciento del precio de paridad de exportación está compuesto por el precio al cual el gobierno dominicano adquiere la gasolina.

Sin embargo el ministro de Industria y Comercio dijo que tanto el gobierno como todos los sectores que utilizan combustibles en su costo de producción se han beneficiado de la reducción que ha experimentado el precio del barril del petróleo en el mercado mundial.

Acusa oposición

El ministro de Industria y Comercio José del Castillo Saviñón acusó a la oposición, principalmente al Partido Revolucionario Moderno, de querer provocar daños a la economía con el tema de los combustibles, y llevar al país a una situación similar a la crisis que se generó en el año 2003, época en que gobernaba quienes precisamente hoy están promoviendo esa desestabilización.

Saviñón dijo que de la única manera que se puede aplicar una reducción del 100 por ciento a los precios de los combustibles es si se eliminan los impuestos con los cuales el gobierno recauda unos 51 millones de pesos que van dirigidos al pago de la deuda externa, por lo que si tal cosa se hace implicaría que el país dejaría de honrar esos compromisos con todo lo que eso significa.

Agregó que a esa petición, la oposición exige la reducción del 25 por ciento a la tarifa eléctrica, no aplicación del alza del ITBIS a los ocho productos que se le aplicaron recientemente y que se otorgue el cinco por ciento del Producto Interno al sector salud.

Explica que esos planteamientos equivaldrían a generar un déficit de 7.94 por ciento del PIB, a lo que si se agrega el 2.4 que tiene proyectado el gobierno para el presente año, sería una brecha fiscal de cerca del 11 por ciento del Producto Interno Bruto.

“O sea la crisis económica que enfrentaría este país con un escenario como el que plantea la oposición sería de dimensiones, incluso mayor, a la que gran parte de esa oposición provocó cuando estuvo en el gobierno a partir del año 2003”, sostuvo José del Castillo.

Recordó que esa crisis generó una devaluación de más de un 50 por ciento y una inflación por encima del 100 por ciento, pérdidas de cientos de miles de empleos y más de un millón de dominicanos lanzados a la pobreza y a la marginalidad.

En otro orden el ministro de industria y Comercio dijo que favorece el planteamiento del gobernador del Banco Central en el sentido de que para un mejor derrame del crecimiento económico se mejoren considerablemente los salarios.

No obstante en el caso del sector público recordó que con los magros ingresos que recibe el Estado al gobierno le es imposible acometer tal tarea, y dijo esperar que cuando se debata el pacto fiscal dicho incremento esté contemplado, conjuntamente con la revisión del gasto público y los gastos tributarios que se destinan al sector privado.