Era la joya de la corona tecnológica británica y en palabras de su cofundador, Hermann Hauser, también la última compañía del sector en Reino Unido en tener verdadero alcance global.
Pero ARM -que diseña la mayoría de los microchips empleados por los teléfonos inteligentes, incluyendo los iPhones- pronto pasará a ser propiedad del gigante japonés de la tecnología Softbank.
La junta directiva recomendó el lunes aceptar la oferta de US$32.000 millones hecha por los japoneses, los que supone una ganancia del 43% por acción con relación a su valor el pasado viernes.
Y la primera ministra británica, Theresa May, dijo que el trato demostraba que la economía de Reino Unido podía ser exitosa luego de que el país hubiera votado a favor de abandonar la Unión Europea: el famoso Brexit.
"Esta es una buena noticia para los trabajadores británicos, es una buena noticia para la economía británica y prueba, como ha venido diciendo la primera ministra, que podemos hacer un éxito de nuestra salida de la UE", dijo una portavoz.
En el corto plazo, sin embargo, una de las principales consecuencias de la victoria del Brexit y la consiguiente devaluación de la libra esterlina ha sido exponer a las firmas británicas a adquisiciones hostiles.
Y no todos comparten la visión positiva de la venta de ARM de May.
"Hay tristeza en Cambridge, e incluso más allá, de que la gran esperanza británica para construir un gigante global de la tecnología parece haberse esfumado", escribió el corresponsal para temas de Tecnología de la BBC, Rory Cellan-Jones.
"Es un día triste para mí y para la tecnología en Reino Unido", se lamentó también Hauser.
Y de lo que dice el analista de la firma de inteligencia de mercado Edison Investment Research Dan Risdale se desprende que este tipo de transacciones nada más acaban de empezar.
Pistoletazo de salida
"Un aumento de las fusiones y adquisiciones era una de las obvias consecuencias del Brexit y de una libra esterlina debilitada", explicó Risdale.
"Pero muy pocos esperaban que se manifestara de forma tan rápida o a tan gran escala", le dijo a la BBC.
Y según la publicación especializada Market Watch, la compra de ARM puede representar el pistoletazo de salida para más adquisiciones hostiles, con varios analistas anticipando que la caída de la libra les dará a potenciales compradores una razón para actuar rápido, a pesar de los temores vinculados a la salida de la UE.
"El declive de la libra desde el referendo del 23 de junio significa que la moneda actualmente vale un 28% menos en relación con el yen, si se las compara con hace un año", explica Market Watch.
"Esto hace que las acciones cotizadas en libras sean casi un tercio más baratas para quienes tienen yenes", agrega la publicación, que calcula que hace un año la compra de ARM en £24.000 millones habría equivalido a 4,7 billones de yenes, por los 3,4 billones de hoy.
Lista de compras
No son sólo los compradores japoneses, sin embargo, lo que pueden encontrar gangas en el mercado británico.
El pasado 13 de julio, por ejemplo, el gigante comercial sudafricano Steinhoff anunció la compra de la cadena de tiendas de descuento Poundland.
Y sólo un día antes la cadena de cines estadounidense AMC Theatres había hecho lo propio con la británica Odeon & UCI Cinemas Group, por el equivalente a US$1.200 millones.
"Creo que podemos ser la primera compañía que anuncia una compra de más de mil millones de dólares en Europa, aprovechando la tasa de cambio", le dijo en esa oportunidad el presidente ejecutivo de AMC, Adam Aron, a la televisora CNBC.
"Pero no creo que vayamos a ser los últimos", agregó.
Y Market Watch incluye en la lista de posibles blancos de nuevas adquisiciones a la televisora ITV, el diseñador de microchips Imagination Technologies Group y la compañía de Software Aveva Group.
Corto y largo plazo
En el caso de AMR, las autoridades británicas parecen convencidas de que el trato con Softbank será beneficioso para el país.
Pero, en cualquier caso, es muy poco lo que Reino Unido puede hacer para evitar este tipo de transacciones.
"No tenemos un sistema de defensa contra adquisiciones hostiles si resultan no ser satisfactorias", le dijo a la BBC el exministro de comercio Vince Cable, quien explicó que el gobierno tenía pocas alternativas legales para detenerlas a menos que se demostraran riesgos para la seguridad nacional.
Aunque a juzgar por lo que le dijo al diario especializado Financial Times el jefe de fusiones y adquisiciones de la firma legal estadounidense Paul Weiss, Scott Barshay, ese riesgo podría no durar demasiado.
"En el largo plazo, el Brexit no es algo positivo porque la incertidumbre es el peor enemigo para fusiones y adquisiciones", explicó Barshay.
"Pero en el corto plazo, algunos tratos oportunistas se van a cerrar", pronosticó.