(Preparado por Nassim José Alemany, Socio de Economía de Deloitte)

Es muy importante ahorrar, pero más importante es cómo y dónde hacerlo, ya que no todo el dinero que depositamos en las entidades financieras está garantizado.

En el gráfico comparamos las coberturas de un grupo de países de América Latina (incluimos a Estados Unidos como punto de referencia) que cuentan con un seguro de depósito en términos de las veces que ese seguro cubre el PIB per cápita de cada nación. Aunque la medida del PIB per cápita tiene sus limitaciones; ya que no captura la desigualdad en el ingreso; permite normalizar la garantía dada la riqueza de cada país.

México y Brasil lideran la cobertura de seguro de depósitos, garantizando a sus depositantes entre 10 y 15 veces el PIB per cápita de su país (más de US$100,000). Guatemala, Venezuela y Chile no alcanzan su PIB per cápita, y en términos nominales las garantías no superan los US$5,000.

En República Dominicana no existe un seguro de depósitos explícito para las entidades financieras, sino que a través del Banco Central la Ley Monetaria establece un Fondo de Contingencia de hasta RD$500,000 por depositante como límite de cobertura en caso de disolución de una entidad. A valores del 2013, esa cantidad representaba una cobertura de un poco más de dos veces el PIB per cápita dominicano, o casi 12 mil dólares.

Podemos argumentar a favor y en contra de si ese monto es suficiente y adecuado para garantizar el dinero de los depositantes, pero lo más importante es conocer con cuánto contamos si algo sucede con la entidad donde tenemos depositados nuestros ahorros.

Como se puede apreciar, prácticamente la totalidad del incremento de trabajadores en este grupo proviene del sector público, principalmente a través del Ministerio de Educación, que en los últimos dos años ha aumentado su plantilla en un 34% (equivalente a 40,200 nuevos empleados).

Esas empresas públicas con variaciones positivas en sus empleados son responsables del 21% de todo el incremento laboral formal del país desde el 2013 a la fecha. Los grandes privados no han tenido la misma suerte.