Tanto en la familia, en los negocios, como en las naciones, las grandes crisis acontecen siempre después de períodos caracterizados por una abundancia que ha sido “mal administrada”.
Así lo expuso el empresario José Luis Corripio, al participar como orador invitado en la tertulia que celebró este jueves la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (AEIH), bajo el título “Liderazgo empresarial: ¿Herencia o Aprendizaje? Cómo motivar a nuestros hijos a asumir el reto”.
“Las crisis en la familia y en todo suceden después de una abundancia previa mal administrada; no existe la posibilidad de una crisis si en la abundancia se maneja y se administra bien la crisis, previsoramente”, dijo el presidente del Grupo Corripio ante un escenario repleto de empresarios, muchos de ellos en compañía de sus hijos.
“Cuando tú no tienes mucho que gastar, tú no tienes posibilidades de crear crisis”
Pepín Corripio consideró “axiomático” el hecho de que quien no ahorra y se excede en sus gastos en épocas de abundancia, tiene el camino libre para verse en serias dificultades económicas.
“Cuando tú no tienes mucho que gastar, tú no tienes posibilidades de crear crisis”, acotó.
“Hay países que dicen que están en crisis pero no están en crisis, es una forma de vida, nunca están bien; la crisis es el contraste entre una época buena y una época mala, y es algo tan real que en la bolsa de valores internacional se deprecia una empresa porque se suponía que iba a ganar un 5%, y repartió un 4.5% o un 4%”, dijo.
Claves del éxito
En este sentido, Corripio recordó en un tono crítico lo ocurrido durante la crisis financiera internacional que explotó en el año 2008, cuando empresas multinacionales incurrieron en el “reparto” de cuantiosos dividendos entre sus altos ejecutivos.
Indicó que una de las claves de su éxito empresarial radica en que siempre ha reinvertido los beneficios que obtiene en sus propias empresas, así como la integración a las mismas de su familia, en especial de sus hijos, que se extiende ya por casi cuatro generaciones.
Otro de los consejos que dio Pepin Corripio en la tertulia de la AEIH es que “ningún empresario debe pretender destruir a su competidor”, porque entonces ese espacio lo va a ocupar siempre uno aún más fuerte siempre y competitivo.
“En fin, a un competidor débil hay que ayudarlo a mantenerse vivo, aunque sea anémico”, manifestó el presidente del Grupo Corripio, bajo cuyo liderazgo operan en el país más de 20 empresas, con una plantilla de 13,000 empleados.