A pesar de que son considerados en la legislación nacional como artículos de primera necesidad, en la República Dominicana los medicamentos cuestan a la población entre un 30 % y 40 % por encima que en los países de Centroamérica.
Se trata, a grandes rasgos, de un mercado que arroja anualmente astronómicos dividendos -en el 2014 alcanzó un valor de 529 millones de dólares (Unos RD$24 mil millones)-, desregulado a nivel de precios, en el que 20 empresas controlan hasta el 65% de las ventas.
A nivel institucional (PROMESE-CAL, otros programas estatales y hospitales) se calcula que esta industria mueve alrededor de RD$5,000 millones anuales, lo que representa el 52% del total, mientras que el sector privado se queda con el 48% restante.
Estos son algunos de los hallazgos que expone el “Estudio sobre las condiciones de competencia en el mercado de medicamentos de la República Dominicana”, de reciente publicación, elaborado por el experto Esteban Greco para la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (Pro Competencia).
Señala que la RD es un importador neto de fármacos que en su gran mayoría “se importan acondicionados” para su venta al por menor. Es decir, que la mayor parte de los medicamentos que se consumen “se importan fraccionados, envasados y etiquetados para su venta” al público
La investigación resalta que en el país no hay regulación o controles sobre los precios de los medicamentos, ni tampoco incentivos para incluir cotas o limitar los precios.
Asimismo, entre los elementos con efectos “restrictivos” sobre la competencia, se citan: la existencia de barreras de entrada normativas, los tiempos prolongados para la obtención de registros sanitarios de nuevos productos, la imposibilidad de realizar importaciones paralelas por parte de instituciones públicas, farmacias y cadenas de farmacias y la existencia de contratos de distribución exclusiva.
Otros aspectos son la inclusión de márgenes de precios en los contratos, lo que "fomenta la aparición de acuerdos colusorios de precios", además de la falta de una legislación para los fármacos genéricos, que son mucho más económicos pero cuya presencia en el mercado local es aún muy reducida.
La presencia de estos factores “genera como resultado altos márgenes de comercialización en el segmento de distribución mayorista, que resultan en precios elevados a los consumidores finales” del mercado privado.
El estudio apunta que en determinados casos, los precios del medicamento duplican al que predomina a nivel internacional. “Esto se debe a que los laboratorios internacionales tienen representantes directos lo que reduce los márgenes aplicados al precio de venta; y que los representantes locales cargan un overhead entre 20% y 40% mientras que en el resto de la región se maneja un rango de entre 8% y 12%.
Establece que los márgenes de distribución mayorista fluctúan entre el 20% y 40%, mientras que en los países desarrollados son, generalmente, menores al 10%. “Si bien existen algunas diferencias de costos con dichos países, la magnitud de las diferencias es indicativa de restricciones a la competencia o ejercicio de poder” de mercado, sostiene la investigación.
Asimismo, concluye que el segmento de mercado de importación y distribución mayorista podría estar operando como “el cuello de botella” para el desarrollo del proceso competitivo.
RD, importador neto
Señala que la RD es un importador neto de fármacos que en su gran mayoría “se importan acondicionados” para su venta al por menor. Es decir, que la mayor parte de los medicamentos que se consumen “se importan fraccionados, envasados y etiquetados para su venta” al público.
Con relación a los medicamentos de origen internacional, los importadores pueden llegar a tener márgenes más altos que los fabricantes, lo que deriva también en precios altos y “crea incentivos para la falsificación y su entrada ilegal” al país.
El mercado se caracteriza por una gran penetración de industrias internacionales que, en general, no poseen plantas de fabricación en el país y, algunas se encuentran representadas por filiales y por laboratorios nacionales que importan los principios activos o los medicamentos sin fraccionar.
A nivel local hay 70 laboratorios de producción nacional y cinco compañías internacionales radicadas en el país, así como 1,305 distribuidoras que se dedican a la importación y/o comercialización de productos terminados y 4,075 farmacias autorizadas, revela el estudio.
El estudio apunta que una importante barrera de entrada al negocio de la importación y distribución mayorista de medicamentos es la restricción a las importaciones paralelas, debido al requerimiento de que se compren los medicamentos a empresas legalmente representadas en República Dominicana. Sólo los laboratorios y los distribuidores pueden importar medicamentos.
Asimismo, a nivel del mercado interno se recomienda realizar las enmiendas necesarias para faci-litar la importación directa de medicamentos por parte de las farmacias e instituciones del sector, incluyendo cláusulas expresas en las normas que regulan su funcionamiento.
Así como promover una legislación específica de genéricos que incluya explícitamente la receta obligatoria con principio activo y que se permita la “intercambiabilidad” en las farmacias, lo que permitiría desarrollar el mercado de genéricos, en especial los genéricos sin marca, tornando más competitivo el mercado.
El estudio fue realizado por Esteban Greco para Procompetencia, con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido y el Departamento de Relaciones Exteriores, Comercio y Desarrollo de Canadá.