SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Antes de terminar el 2017 el Senado de los Estados Unidos aprobó la controvertida reforma fiscal de la administración de Donald Trump, que incluye repatriación de capitales de hasta 400,000 millones de dólares, según ha indicado The Wall Street Journal (WSJ). Expertos advierten que esto encarecerá el financiamiento de la economía dominicana a mediano plazo. Para salir a flote, urge que el Gobierno dominicano "se ponga serio", fomente las exportaciones y transparente la calidad del gasto.
Los estadounidenses que se oponían a este paquete de medidas la describen como un elogio a los millonarios y que aumentará el déficit fiscal. Al anverso, los republicanos –quienes vencieron con 227 votos a favor el pasado 20 de diciembre– están convencidos que de los recortes de impuestos a las grandes y medianas corporaciones impulsarán el crecimiento económico del país. De entrada, proclaman mayores oportunidades de empleo, con mejores salarios para sus ciudadanos y una extraordinaria apreciación cambiaria.
"En general, se va a incrementar el precio internacional del dólar como resultado de esta migración potencial de recursos financieros internacionales hacia los Estados Unidos", enuncia el economista Roque Félix.
Ante el gusto o el disgusto, las nuevas regulaciones impositivas ya tienen el visto bueno tanto del Congreso como del poder Ejecutivo que la introdujo, y afectarán principalmente a países de economías abiertas, dependientes de la primera potencia mundial.
Sin embargo, en voz del economista Virgilio Malagón Álvarez se ha querido sobredimensionar el verdadero impacto de las medidas. Donald Trump solo quiere recuperar el valor de su moneda. Las migraciones de capital serán un gran negocio para los norteamericanos. Están buscando crecer hacia adentro, atrayendo a sus empresas que tienen presencia en otros países con cargas impositivas más bajas –un impuesto que disminuye de 35 a 20 por ciento. Pero la disposición que dicta el documento no se refiere a todas las empresas, es una selección que prioriza las plantas manufactureras, la industria automovilística y la metalmecánica, precisa.
"Esto pone sobre el tapete la necesidad de que el Estado dominicano asigne una política de fomento a las exportaciones más efectiva que la que ha tenido hasta ahora. El Gobierno está obligado a generar divisas para su fortaleza de producción y exportación internacional. Para que la capacidad de producir bienes y servicios sea atractiva en el mercado internacional, y no por la abundancia de un mercado especulativo financiero que es el que hasta ahora le ha beneficiado para la colocación de bonos soberanos", aconseja el financiero Félix.
Efectos para la República Dominicana
La salida de inversiones norteamericanas provocará una sangría de dólares, problemas de tipo cambiario y devaluación económica en los países con gran dependencia de los Estados Unidos. En el caso de la República Dominicana, si emigran inversiones de zonas francas, se dejaría de traer dólares, explica el financiero Julio Caminero. Cuando ha ocurrido este tipo de situación, lo que ha hecho el Banco Central es subir la tasa de interés local para tratar de contrarrestar, pero al subirla, se ralentizará la economía, contextualiza.
El director del Centro Bonó, Roque Félix, advierte que la economía dominicana en los últimos años ha tenido como uno de sus componentes fundamentales la colocación de bonos soberanos en los mercados financieros. Dichos actores del mercado financiero internacional compran estos bonos porque les resultan atractivos a nivel de tasas de interés y al mismo tiempo de exenciones tributarias de las utilidades que obtiene por esa inversión.
Esto significaría que la colocación de bonos financieros podría verse afectada. La posibilidades de que inversionistas que tienen holdings, con inversiones directas de capital, puedan tener facilidades a capital financiero internacional para constituir portafolios de inversiones; y podría afectar, sin duda alguna, la inversión extranjera directa en la República Dominicana. Es la lectura de Félix.
Otro experto que alerta sobre el futuro de las divisas dominicanas es Virgilio Malagón Álvarez. Esta medida afectará al DR-CAFTA, puede que se caigan las exportaciones, los productos norteamericanos comercializados en el país serán más costosos, subirán los precios de los combustibles, aumentará el desempleo si empresas de Estados Unidos con presencia en el país deciden instalarse en estados de esa nación. Desde luego, se caerán los ingresos de Aduanas, que el año pasado anunció una recaudación ‘‘récord’’ superior a los RD$1,212 millones.
Sin embargo, para Roberto Despradel, es un poco prematuro adelantarse. Mas reconoce lo sustancial de esta reforma. El país debe analizarla con detenimiento, como ya lo hace México, considera. ‘‘Y habrá que ver si se tiene que hacer reformas fiscales a la luz de eso’’, prevé.
Aunque el ritmo de los cambios aún es impreciso, en definitiva la medida encarecerá el costo del acceso al crédito, al financiamiento de la economía nacional y sus efectos se empezarán a ver –pronostica Félix– en un año y medio.
Qué debe hacer el Gobierno Dominicano
Tal vez no sea coincidencia que el presidente Danilo Medina declarara, justo en la recta final del 2017, que este será el ‘‘Año de Fomento a las Exportaciones’’. Sin embargo, en voz del director del Centro Bonó, ‘’No es suficiente con que él haga anuncios bonitos’’. Aclara que se requiere de un programa nacional de fomento a las exportaciones, no solo de servicios –el turismo que tanto pondera Medina en sus discursos–, también de bienes.
"Lo que él [Danilo Medina] diga nos tiene sin cuidado porque este país está cansado de anuncios y discursos retóricos. Este país quiere que el Presidente mejore la transparencia y la calidad del gasto público, cerrando un paquete de instituciones populistas que son canonjías políticas de sus aliados. Hasta ahora él no ha hecho nada en esa dirección. Por lo que el mensaje de confianza para los mercados y la sociedad civil de la República Dominicana. No es suficiente con que él haga anuncios bonitos", opina el director ejecutivo del Centro Bonó.
Con Félix concuerda Malagón Álvarez. "Las exportaciones serán la salvación". La economía de servicios da empleo, pero no riquezas, esclarece. Por lo que se hace urgente que el Gobierno "se ponga serio" y desarrolle programas agropecuarios, de producción de alimentos para exportar.
Pero el deber del presidente Danilo Medina no debe terminar ahí. Los economistas consideran que tiene el reto de organizar la calidad de su gasto público. Los temas sobre rendición de cuentas, la transparencia y mejoramiento en el gasto, evitar el desorden y el dispendio.
Tiene la obligación de mandar señales de confianza a la sociedad para concertar un pacto fiscal que le permita mejorar el sistema del régimen tributario. Debe tomar las riendas del manejo de los impuestos para que los sectores que tienen que contribuir más y que poseen privilegios puedan comprometerse con mejorar la equidad y el equilibrio del financiamiento de las finanzas públicas, razonan.