A nivel de la región la “calidad” de la cartera de créditos bancaria se “deterioró” en una proporción de 15 puntos básicos, al pasar de 1.86 a 1.96.

En el último informe trimestral de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), publicado en el presente mes, se atribuye este comportamiento a la combinación “de una menor dinámica de la cartera y un posible aumento de la cartera de mala calidad”.

En cuanto a las provisiones de la cartera -que se hacen por razones tanto de exigencia de supervisión como por razones preventivas-, se indica que mostraron un mayor cubrimiento de la cartera de baja calidad crediticia, lo que constituye una fortaleza del sistema bancario de la región.

Con relación al crecimiento anual de este indicador financiero, el informe señala que a marzo de de 2016 las cifras agregadas de la cartera de créditos bancaria de América Latina muestran un crecimiento del 1% anual.

Este número “contrasta con el registrado en los años 2010 y 2009 cuando estos registros eran del 20% y 34%”, respectivamente.

Destaca, en este sentido, que a finales de la década pasada y comienzos de la presente la economía regional experimentó un buen momento que se reflejó en crecimiento alto, fortalecimiento de la demanda interna basada en el consumo y máximos históricos en los flujos de inversión extranjera.

Por el contrario, en el actual entorno recesivo se ha visto una disminución importante de dichas variables que “sin duda afectan la actividad de la intermediación” financiera.

Adicionalmente, desde el punto de vista técnico reseña que “la comparación de datos se ve afectada por la fluctuación de las tasas de cambio y su debilidad relativa” registrada sobre todo en los últimos dos años.

Mientras hace un poco menos de un lustro las variables se afectaban por la sobrevaluación de los tipos de cambio, “hoy la subvaluación y debilidad parece ser la nota dominante”, consigna el documento del organismo.

La rentabilidad, factor positivo

El informe “Económico bancario regional” de la entidad precisa que los datos de rentabilidad siguen siendo favorables, lo cual es un elemento positivo desde varios puntos de vista.

En primer lugar, “se evidencia la generación de utilidades que le dan sostenibilidad intertemporal” al negocio bancario.

En segundo lugar, la rentabilidad es un centro de gravedad para la atracción de nuevo patrimonio que a la larga será una forma de generar capital y fortalecer la posición de la banca frente a los eventos adversos inesperados que puedan presentarse hacia el futuro.

Establece que los datos muestran una rentabilidad del activo del 1.47% en promedio en la región, así como una rentabilidad patrimonial del orden del 16.11%.

Asimismo, los datos del primer trimestre lucen en concordancia con los publicados recientemente por la revista The Banker, en donde se compara la rentabilidad de diferentes regiones (datos a diciembre de 2015) y América Latina (incluido el Caribe) luce como una de las regiones más rentables.