BERLÍN, Alemania (EFE).- La fuerte apreciación del dólar y la prolongada caída del euro han generado un terremoto en el sector turístico que amenaza con provocar pérdidas millonarias a turoperadores y mayoristas que trabajan en América Latina, dijeron a Efe expertos del sector privado y responsables públicos.
Las oscilaciones cambiarias de los últimos meses se han convertido en un tema candente de la ITB, la mayor feria de turismo del mundo, que desde el martes y hasta hoy domingo reúne en Berlín a 10.000 expositores de 186 países y a más de 100.000 visitantes profesionales.
Además señalaron a Efe que están convencidos de que la debilidad del euro lastrará al turismo del viejo continente a América Latina en el medio plazo, y no antes, ya que los paquetes se negocian con mucha antelación.
Algunos, principalmente cargos públicos, confían en que la caída paralela de muchas monedas locales, como el real brasileño, el sol peruano y los pesos argentino y colombiano, amortigüe la depreciación del euro y no retraiga el turismo europeo.
Diana Spehn, directora general para Perú de South American Tours, mayorista dedicado al turismo europeo y norteamericano en América Latina, reconoció que "por supuesto que es un tema" de preocupación y que sus efectos se van a notar "especialmente a partir del año que viene".
Además, apuntó, el turismo estadounidense en América Latina va a tener un buen comportamiento este año, pero más animado por el dinamismo de la primera economía global que por la fortaleza relativa de su moneda.
"El tipo de cambio no es un tema en Estados Unidos, pero es el tema de conversación en la ITB", destacó Sephn.
Robert Werner, asesor turístico de la agencia Ruppert para Sudamérica, coincidió en que el turismo europeo a la región "va a bajar definitivamente" a causa del tipo de cambio, pero no de forma inmediata, sino en el futuro.
Esto va a tener drásticas consecuencias para los operadores, estimó Werner, que dudó de que "muchos especialistas chiquitos" puedan "sobrevivir" en este nuevo contexto.
Para el ministro brasileño de Turismo, Vinicius Lages, la depreciación del real, que alcanzó el nivel más bajo de los últimos diez años y se comercializa a tres unidades por dólar, es favorable para la llegada de turistas extranjeros.
"Crea condiciones en términos de competitividad y precios", expresó.
La ministra ecuatoriana de Turismo, Sandra Naranjo, indicó que la caída de las monedas de Brasil y Argentina empezará a sentirse este año en la industria turística de su país, que ya sufrió en 2014 los efectos de las devaluaciones en Perú y Colombia, dos mercados tradicionales.
"Gran parte del turismo de Perú y Colombia es fronterizo, y esos son los primeros viajes que se recortan", explicó Naranjo.
Por su parte, la gerente de mercados globales de la agencia gubernamental Turismo Chile, Debbie Feldman, admitió que la cotización del dólar "siempre afecta" al turismo hacia Latinoamérica.
Señaló además que un dólar alto podría mermar la afluencia de turistas a su país, sobre todo brasileños, a raíz de la rápida depreciación del real durante los últimos meses.
Representantes de Venezuela, otro de los países con turbulencias cambiarias, declinaron hacer comentarios a Efe, mientras que desde el Instituto de Promoción Turística (INPROTUR) de Argentina, Sebastián Pérez opinó que, pese a la caída del euro, el tipo de cambio aún resulta "favorable" para los turistas europeos que viajan a su país, en referencia a la fuerte caída del propio peso.
Aunque subrayó la "necesidad" de que los visitantes cambien sus divisas "a cambio oficial" en los bancos y entidades autorizadas por el gobierno argentino, a diferencia del mercado "blue" donde las divisas extranjeras se cotizan a un nivel superior.
Thomas Borausky, representante en Alemania de Tangol, una agencia especializada en rutas por Argentina, explicó que estas oscilaciones en el tipo de cambio pueden retraer al turista europeo, pero pueden suponer un aliciente para el viajero estadounidense.
"Es difícil estimar el efecto agregado total", indicó.
La ITB de Berlín comenzó el pasado miércoles con 10.096 expositores, repartidos en unos 160.000 metros cuadrados, y hoy cierra sus puertas esta 49 edición de la principal feria internacional del sector.