SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Pedro Brache, afirmó que se necesita examinar las ventajas comparativas nacionales que permitan diseñar una estrategia de desarrollo y que se asigne los recursos necesarios en las áreas prioritarias.
Expuso que para esto se requiere una agenda común y visión compartida de país, que comprometa igualmente a gobierno, sector privado, academia y sociedad civil.
Expresó que esa agenda debe contar con los mecanismos necesarios para su implementación efectiva, más allá de la agenda política o coyuntural que se presente.
“En definitiva, una hoja de ruta que genere confianza y predictibilidad, ingredientes imprescindibles para la construcción de un futuro próspero”, expuso Brache durante el almuerzo mensual de la Cámara Americana de Comercio.
END tiene limitaciones y debo revisarse
“Nuestro país avanzó en esa dirección con la definición de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END), que ha sido sin duda una herramienta útil para establecer prioridades y avanzar en áreas claves como las que he mencionado antes, pero que también ha demostrado tener sus limitaciones”, sostuvo.
Resaltó que el momento actual invita a revisar esa estrategia, no solo en su contenido sino también en los mecanismos que garantizan su cumplimiento.
Indicó que se debe establecer nuevos consensos y, sobre todo, elevar la mirada más allá de los intereses personales o de la hoja de balance de cada empresa, para observar el panorama más amplio de los intereses colectivos y el futuro del país.
“Debemos seguir involucrándonos en la definición de estrategias y en la toma de decisiones para que, independientemente de quien esté al frente de las instituciones públicas, nuestra agenda de crecimiento siga su curso”, expresó.
Nuevas tecnologías
Brache expuso que se debe analizar cómo las nuevas tecnologías se incorporan en el pais en áreas como las telecomunicaciones, internet, la inteligencia artificial y los grandes núcleos urbanos.
Dijo que también se debe analizar las tecnologías vinculadas a la agricultura de precisión, la convergencia de las ciencias de la información y de la vida y una inteligencia de mercados cada vez más sofisticada que reduce las distancias.
“Todas estas tendencias pueden hacer del campo dominicano no solo un espacio de creación de riqueza y empleo, sino también la punta de lanza de nuestra plena inserción en la economía de la nueva era”, destacó.
Expuso que las nuevas tecnologías llevan una nueva configuración del trabajo, que ya no precisa necesariamente de una oficina ni de un horario, y que podría llegar a revertir las tendencias migratorias actuales.
“Es decir, que donde antes mucha gente encontraba oportunidades mudándose del campo a la ciudad, ahora podría darse la tendencia contraria, de la ciudad al campo”, dijo.