REDACCIÓN DE ACENTO.COM.DO-El oro está perdiendo valor en los grandes mercados y los expertos que cree que llegó el fin del auge de las inversiones en este metal precioso como vía de escape de la crisis económica que tocó fondo en 2008 y todavía afecta a grandes economías mundiales.
Un reportaje de Nathaniel Popper, de New York Times, publicado el miércoles, sostiene que después de mantenerse por mucho tiempo como una inversión segura, el oro pierde valor.
“Bajo las calles del Bajo Manhattan, en la bóveda del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, el mayor tesoro de oro del mundo -medio millón de barras- ha perdido cerca de US$75 mil millones de su valor. En Fort Knox, Kentucky, en el Almacén de Lingotes de los Estados Unidos el daño asciende a IS$50,000 millones”, expone.
Agrega que en Pocatello, Idaho, el pequeño tesoro en oro del señor Jon Norstog, también ha mermado. Una inversión de US$29,000 que el Norstog hizo en 2011 vale ahora alrededor de US$17,000, una pérdida de 42 por ciento.
“Pensé que si venía lo peor y el gobierno hacía caer la economía mundial, todavía yo tendría algo que valdría algo”, dice Norstog, de 67 años, sobre su incursión en el oro.
“El oro quedó destruido como un refugio seguro; se demostró que no es seguro”, dijo Soros en una entrevista la semana pasada a The South China Morning Post, de Hong Kong
Indica el reportaje que el oro, el orgullo de Creso, y reserva de riquezas desde tiempos inmemoriales, ha resultado ser una inversión muy mala en los últimos tiempos.
“Apenas dos años después de que su precio ascendiera hasta un máximo nominal, el oro se está hundiendo, rápidamente. Su precio ha caído 17% desde finales de 2011. El miércoles fue un día malo para el oro: el precio cayó US$28, a US$1,558 la onza”, sostiene.
Explica que es un vuelco notable para una inversión que muchos han considerado durante mucho tiempo como una de las más seguras de todas.
Observa que el descenso ha sido tan rápido que algunos analistas de Wall Street están declarando el fin de la Edad de Oro del oro.
“Hay mucho en juego: la última vez que el metal pasó por una racha tan mala como esta, en la década de 1980, su precio tardó 30 años en recuperarse”, precisa.
¿Qué salió mal? La respuesta, en parte, está en lo que salió bien. Los analistas dicen que el oro está perdiendo su atractivo después de una sorprendente corrida de 650% entre agosto de 1999 y agosto de 2011.
Los administradores de fondos riesgo de dinero rápido y los ahorradores corrientes por igual acudieron masivamente al oro, el refugio de los refugios, cuando la economía mundial estaba al borde del abismo, en 2009.
“Ahora, lo peor de la Gran Recesión ya pasó. Las cosas están mejorando para la economía, y como consecuencia, el oro va para abajo. Además, la preocupación de que la política monetaria expansiva de la Reserva Federal pondría en marcha la inflación -una perspectiva que empujó a los inversionistas hacia el oro- hasta ahora ha demostrado ser infundada.
“Y por esta razón Wall Street está cada vez más pesimista con el oro, una inversión que los banqueros y otros negociadores habían comercializado hábilmente con las masas, sólo unos pocos años antes”, agrega.
Recuerda que el miércoles Goldman Sachs se convirtió en el último gran banco que predice nuevos descensos, con el pronóstico de que el precio del oro se hundiría hasta US$1,390 en un año, un 11% menos de como se negoció este miércoles.
Asimismo, Société Générale de France publicó la semana pasada un informe titulado “El fin de la era dorada”, en el que dijo que el precio debería caer a US$1,375 a finales de año y que podría continuar cayendo durante años.
“Por supuesto, ya el oro ha pasado por auges y desplomes antes, incluyendo por lo menos dos desde su nivel máximo en 1980, cuando se cotizó a US$835, a su máximo en 2011. Y a cualquiera que haya comprado oro en 1999 y lo mantuvo, le ha ido mucho mejor que al inversor promedio del mercado de valores. E, incluso, después de la caída reciente, su oro está todavía 515% por encima”, subraya.
Explica que, sin embargo, para una generación de inversionistas, la década dorada creó la ilusión de que el metal seguiría subiendo eternamente.
Indica que la industria financiera se apoderó de esas esperanzas para negociar una gama cada vez mayor de las inversiones en oro, por lo que la actual recesión del metal se está sintiendo de manera más amplia que las anteriores.
El triunfo del comercio en oro se hizo evidente en una encuesta de abril 2011 realizada por Gallup, que encontró que el 34% de los estadounidenses creía que el oro era la mejor inversión a largo plazo, más que cualquier otra categoría de inversión, incluyendo bienes raíces y fondos de inversión.
Es difícil saber cuánto dinero los estadounidenses comunes han cosechado en oro, dada la gran variedad de instrumentos de inversión, incluyendo monedas acuñadas por el gobierno, fondos de materias primas que cotizan en la bolsa, acciones de empresas mineras y lingotes físicos.
Pero los US$5,000 millones que fluyeron a fondos de inversión centrados en el oro en 2009 y 2010, según Morningstar, ayudaron a los fondos a alcanzar un valor máximo de US$26,3 mil millones. Desde que tocó su punto máximo en abril de 2011, los fondos han perdido la mitad de su valor.
“El oro es un mercado muy psicológico”, dijo William O’Neill, cofundador de la firma de investigación de Logic Advisors, quien les dijo a sus inversionistas que abandonaran todas las posiciones de oro en diciembre, después de haberle recomendado esa inversión durante años. “A menos que haya algún imprevisto, creo que el mercado va a bajar más”.
La reversión abrupta del oro también ha sido dolorosa para las empresas que se aprovechan de la moda del oro. En el último año, dos fondos de inversión enfocados en el oro fueron liquidados después de años de aperturas de nuevos fondos, revelan datos de Morningstar.
Tal vez la empresa más famosa en salir de la fiebre del oro de 2011, Godline, la compañía de comercio minorista, redujo drásticamente su publicidad en la televisión por cable, disminuyendo el gasto a US$3,7 millones de US$17,8 millones en 2010, según Kantar Media.
Goldline acordó pagar US$4,5 millones el año pasado para resolver los cargos presentados por el fiscal de la ciudad de Santa Mónica, California, que acusaba a la compañía de ejecutar una operación de “bait-and-switch”*. Goldline no respondió a solicitudes de comentarios para este artículo.
Pero la peor noticia para el oro probablemente sea una buena noticia para la economía en general, la cual, si bien todavía está batallando para crecer, se ha recuperado de sus mínimos históricos.
"A medida que la economía mejora, la demanda de oro como cobertura financiera disminuye más que lo que se incrementa la demanda fundamental para la joyería de oro", dijo Daniel J. Arbess, socio de Perella Weinberg Partners, que vendió su gran participación en oro del fondo en el cuarto trimestre de 2012.
Profesionales de la inversión que han centrado muchas de sus apuestas en fondos en oro negociados en bolsa, (exchange-traded funds o ETF), han sido más rápidos que los pequeños inversores en captar el viento cambiante en los destinos del oro.
La salida del más popular ETF, SPDR Gold Shares, fue la mayor de cualquier ETF en el primer trimestre de este año, cuando los fondos de cobertura y los comerciantes retiraron US$6,6 mil millones, según datos de la firma IndexUniverse. Dos destacados administradores de fondos de cobertura que habían tomado grandes posiciones en ETF de oro, George Soros y Louis M. Bacon vendieron en el último trimestre de 2012, según los más recientes documentos regulatorios.
“El oro quedó destruido como un refugio seguro; se demostró que no es seguro”, dijo Soros en una entrevista la semana pasada a The South China Morning Post, de Hong Kong. “Debido a la decepción, la mayoría de la gente está reduciendo sus posesiones de oro”.
Otros entusiastas del oro más expresivos dicen que los que dudan del oro están perdiendo la fe con demasiada facilidad. Peter Schiff, presidente ejecutivo de la firma de inversiones Euro Pacific Capital, dijo que todavía espera que el oro llegue a US5,000 la onza dentro de pocos años, puesto que, el mundo se encamina a un período de hiperinflación peligroso.
“La gente cree que la economía de EE.UU. se está recuperando. No es cierto”, dijo Schiff.
El inversionista más famoso que defiende al oro es John Paulson, el administrador de fondos de cobertura que hizo una fortuna apostando contra el mercado de la vivienda estadounidense. Su fondo de oro de US$900 millones, según se informa, cayó 26% durante los dos primeros meses de este año.
Las pérdidas de Paulson fueron particularmente graves porque apostó fuertemente a las empresas mineras de oro, que han caído más abruptamente que el mismo oro.
Norstog, de Pocatello, cometió un error similar. Colocó su dinero en un fondo de oro que se centra en acciones de compañías mineras.
“Si tuviera que hacerlo todo de nuevo, pues hubiera comprado el oro”, dijo el Sr. Norstog. “Así por lo menos podría haber dejado caer esas monedas resplandecientes entre mis dedos”.
*Táctica de venta en la que se utiliza un elemento de precio de ganga para atraer clientes que entonces se animan a comprar un artículo similar más caro.