SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Ministerio de Agricultura estableció un programa de monitoreo de la producción de miel de abeja, con el objetivo de que este producto alimenticio siga siendo, por su calidad e inocuidad, uno de los más demandados en el mercado internacional.
Mediante una resolución, la institución creó el Programa de Monitoreo de Residuos en Miel de Abejas en la República Dominicana, así como el Registro de Apicultores para la Exportación (RAEX) y el Listado Nacional de Exportadores Autorizados en Miel de Abejas (LINEAM), con sus respectivos manuales de procedimientos de requisitos obligatorios.
Los componentes del programa incluyen la vigilancia y el monitoreo de residuos de plaguicidas, medicamentos y contaminantes en miel de abejas, así como la inspección sanitaria y programas de seguimiento a los resultados de no conformidad del producto.
La institución consideró la necesidad de garantizar un nivel adecuado de protección a los consumidores de ese alimento, así como de proteger la salud de los sectores más vulnerables de la población, especialmente niños, embarazadas y personas envejecientes.
El documento designa como autoridad competente para el diseño y ejecución del programa al Departamento de Inocuidad Agroalimentaria (DIA), y exhorta a los apicultores, plantas de extracción, centros de acopio, mercados, supermercados, intermediarios y proveedores de miel de abejas a brindar a dicho departamento facilidades de acceso para la toma de muestras, inspección y re-inspección de las unidades de producción.
La resolución establece la creación de una base de datos en el DIA donde se ingrese toda la información generada por el programa; la disponibilidad de sus resultados al público en el mes de abril de cada año, así como su colocación en el Portal del Ministerio de Agricultura.
Entre los considerandos, la institución también cita su deber de controlar y garantizar que los niveles de residuos de plaguicidas, medicamentos veterinarios y contaminantes presentes en los alimentos no representen un riesgo para la salud del consumidor.
Señala que los mercados nacionales e internacionales de alimentos de origen pecuario están exigiendo cada vez más la definición y aplicación de estándares de uso de insumos en su proceso de producción y manejo, así como el uso de protocolos de bioseguridad y normas específicas de trazabilidad, para garantizar la inocuidad de los alimentos comercializados, previo a su consumo.