La pobreza aumentó en América Latina y en 2015 afectó a 175 millones de personas, el 29,2 % de los habitantes de la región, según el informe Panorama Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentado este martes en Santiago.
La Cepal calcula que la tasa de latinoamericanos que viven en la pobreza pasó del 28,2 % (168 millones de personas) en 2014 al 29,2 % en 2015, cifras que incluyen a 75 millones de indigentes, cinco millones más que un año antes.
Los niveles de pobreza e indigencia han disminuido de manera sostenida en la región desde la década de los noventa, aunque en los últimos cinco años se han mantenido estables e incluso se han incrementado, como prevé la Cepal.
Ante este panorama, la secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, aseguró que para que las cifras de 2015 no marquen un punto de inflexión en la lucha contra la pobreza se necesitan buenas políticas públicas para generar empleos de calidad y proteger el gasto social.
"Los mercados no se van a hacer cargo de la protección social ni de la lucha contra la pobreza, por lo tanto son las políticas públicas las que tienen que salir al paso", dijo Bárcena al presentar el informe.
"Hay que cautelar políticas asociadas a derechos, como es el caso de la educación, la salud y la seguridad social, y no deberían depender del ciclo económico", añadió.
Variaciones por país
Según el documento, la tasa de pobreza cayó en la mayoría de países entre 2010 y 2014. Las mayores variaciones se registraron en Uruguay (-14,9 %), Perú (-9,8 %), Chile (-9,1 %) y Brasil (-7,9 %).
En Honduras, México y Venezuela la pobreza subió a un ritmo anual de entre un 2 % y un 5 %, precisó la Cepal.
El número de personas en situación de pobreza creció en alrededor de dos millones en 2014 en comparación con 2013, alcanzando los 168 millones de personas, de los cuales 70 millones estaban en la indigencia.
El Panorama Social de América Latina presentado hoy analiza también la transición demográfica que vive la región y la evolución de la distribución del ingreso.
Según el estudio, en 2023 la región pasará de ser una "sociedad juvenil" a una "sociedad adulta joven", lo que significa que la mayoría de la población tendrá entre 20 y 39 años.
En 2045 serán mayoría las personas de entre 40 y 59 años y en 2052 América Latina se convertirá en una "sociedad envejecida" en la que abundarán los ciudadanos de más de 60 años de edad.
La Cepal prevé que en la mayoría de países de la región el llamado bono demográfico -periodo en que la población en edad de trabajar es mayor que la población dependiente- seguirá vigente durante los próximos quince años, lo que abre oportunidades de inversión en áreas como la educación y la salud.
En cuanto a la distribución del ingreso, el informe señala que entre 2002 y 2014, la gran mayoría de los países lograron mejoras en ese aspecto según el llamado "coeficiente de Gini" (en el que 0 corresponde a plena igualdad y 1 a máxima desigualdad).
El coeficiente pasó de 0,497 en 2013 a 0,491 en 2014, mientras que en 2010 era de 0,507. Pese a este descenso, en 2014 el ingreso per cápita de las personas del 10 % de mayores ingresos fue 14 veces superior que el del 40 % de menores ingresos.
Las desigualdades, señaló la Cepal, se hacen más patentes al cruzar otras variables, como sexo, raza, etnia y años de escolaridad.
Así, los ingresos de los hombres no indígenas ni afrodescendientes pueden ser cuatro veces superiores a los de las mujeres indígenas y dos veces los de las mujeres afrodescendientes.
Según el informe, el 80 % de los ingresos totales de los hogares latinoamericanos proviene del trabajo, por lo que el empleo de calidad con derechos y protección social es "la llave maestra para la igualdad".