La Agencia Internacional de la Energía (AIE) señaló este viernes que hay signos de que el hundimiento de los precios del petróleo ha tocado fondo porque la producción parece contenerse y las perspectivas de ralentización de la demanda no van a más.

En su informe mensual sobre el mercado petrolero, la AIE quiso, no obstante, mostrarse muy prudente y puntualizó que tampoco se puede descartar que el descalabro del barril continúe ante las incertidumbres que pesan sobre la economía global, y en particular los riesgos a la baja, pero también sobre el comportamiento de los principales países productores de crudo.

"Para los precios, puede haber luz al final de lo que ha sido un largo y oscuro túnel, pero no podemos estar seguros de forma precisa sobre cuándo en 2017 el mercado del petróleo alcanzará el tan deseado equilibrio", explicó.

En cualquier caso, por ahora mantuvo sin cambios la misma previsión que había dado hace un mes sobre la demanda mundial de petróleo para este año, de 95,8 millones de barriles diarios, lo que significa 1,2 millones de barriles diarios más que en 2015.

Es decir, que la subida será muy inferior al ascenso de 1,8 millones constatado en 2015. Eso se explica por las dudas sobre la situación macroeconómica, pero también porque las temperaturas se están mostrando particularmente suaves en el primer trimestre en el hemisferio norte, y eso reduce las necesidades en calefacción.

Sí que es verdad que algunos grandes países asiáticos están elevando sus importaciones de petróleo, en particular India, Corea del Sur, Indonesia y Filipinas, pero en el otro extremo Brasil, Japón o Francia las disminuyen.

En Estados Unidos, que es el país que más petróleo consume, el volumen de la demanda debería permanecer estancado, mientras que en China -"número dos"- la subida debería limitarse a 330.000 barriles diarios más que en 2015, es decir netamente por debajo de la progresión media de 440.000 barriles de los últimos diez años.

Los autores del informe atribuyen una parte de la reciente recuperación del precio del petróleo a la depreciación del dólar, por eso lo que pueda suceder en los próximos meses también dependerá del tipo de cambio, dependiente a su vez de posibles modificaciones de los tipos de interés.

Por el lado de la oferta, la agencia hizo notar que en febrero la extracción de crudo bajó en 180.000 barriles diarios hasta los 96,5 millones, la mitad debido a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la otra mitad a los productores que no pertenecen a ese cártel.

En el caso de la OPEP, Irak, Nigeria y los Emiratos Árabes Unidos pusieron en el mercado 350.000 barriles diarios menos que en enero y eso no fue compensado totalmente por otros miembros del cártel, pese a que Irán aportó 220.000 barriles diarios suplementarios -que es menos de lo que Teherán había dicho que quería producir-.

Fuera de la OPEP, la AIE calculó que la producción en 2016 disminuirá en 750.000 barriles diarios (a 57 millones), cuando hace sólo un mes había aventurado que el descenso sería de 600.000.

La explicación tiene que ver con que un barril a 30-40 dólares está haciendo mella en muchas compañías, que no pueden rentabilizar sus pozos.

Por eso la agencia -que reúne a buena parte de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)- auguró que la producción de Estados Unidos este año se recortará en 530.000 barriles diarios.

Además, también ha corregido a la baja sus expectativas sobre las cantidades de crudo que pondrán en el mercado Brasil, Colombia y algunos otros países.

Lo cierto es que en enero las reservas comerciales de los países de la OCDE se incrementaron en 20,2 millones de barriles, de forma que en total cubren un periodo "confortable" de 32,7 días de consumo.

La AIE resumió la situación precisando que el desequilibrio entre oferta y demanda de petróleo -que está en el origen del descalabro del precio del barril- va a permanecer alto en la primera mitad de este año: 1,9 millones de barriles diarios en el primer trimestre y 1,5 millones en el segundo.

La situación debería corregirse en la segunda mitad de 2016, cuando esa brecha se debería quedar en 200.000 barriles diarios.