La Unión Europea (UE) y Estados Unidos confirmaron este viernes, al término de su duodécima ronda de conversaciones, su compromiso de cerrar las negociaciones para un acuerdo de libre comercio e inversiones (TTIP) para finales de 2016.
"Estamos preparados para concluir un acuerdo a finales de este año. Queremos negociar un ambicioso acuerdo, con altos estándares, que responda tanto a los intereses europeos como estadounidenses", señaló el negociador jefe europeo, Ignacio García-Bercero.
El jefe negociador estadounidense, Dan Mullaney, dijo que "se han hecho progresos esta semana. Ahora ya hay textos propuestos en la mayoría de las áreas", al tiempo que ambos indicaban que la próxima semana intercambiarán sus ofertas sobre adquisiciones públicas.
Mullaney subrayó que "si conseguimos mantener el nivel de compromiso actual, terminaremos las negociaciones en 2016″.
Bruselas y Washington quieren cerrar las negociaciones sobre el TTIP para finales de este año, coincidiendo con el término del segundo y último mandato del presidente estadounidense, Barack Obama, por lo que ambas partes han acordado acelerar e intensificar las conversaciones.
Los negociadores subrayaron también su intención de mantener otras dos nuevas rondas de tratativas, una en abril, y otra en julio próximo, fecha en que pretenden "tener todos los textos consolidados", de asuntos muy complejos y técnicos.
Para esa fecha, insistió Mullaney, "esperamos que todos los textos consolidados de la mayoría de las áreas estén preparados, de cara a dejar el menor número de temas posibles, aunque sí sean los más sensibles, para los últimos meses del año".
Durante toda la semana los equipos se han centrado en asuntos como la protección a las inversiones, un capítulo en el que por primera vez se ha abordado la inclusión en el futuro pacto de un "sistema jurídico de inversiones" o ICS, como propone la UE.
Ese sistema contempla la creación de un "tribunal de primera instancia" y otro "de apelación", pero en su planteamiento inicial ha suscitado numerosas críticas por parte de organizaciones de consumidores y asociaciones civiles.
La propuesta europea sustituye a una anterior que incluía la puesta en marcha de un sistema de árbitros elegidos por las partes en disputa, para sustituir al instrumento clásico de resolución de disputas Estado-inversor (ISDS, por sus siglas en inglés).
Cooperación e inversiones
Además de las inversiones, europeos y estadounidenses han abordado la cooperación reguladora en nueve sectores industriales: químicos, cosméticos, ingeniería, dispositivos médicos, pesticidas, tecnología de la información y la comunicación, farmacéuticos, textiles y vehículos.
Respecto a esos sectores, el negociador europeo indicó que "se ha identificado un alto grado de convergencia, aunque en unos más que en otros. Todavía hace falta mucho trabajo técnico, pero hay voluntad de que haya un reconocimiento mutuo".
García-Bercero adelantó que "pronto publicaremos la propuesta sobre cooperación reguladora que hemos debatido en esta ronda", sobre la que explicó que se abordaron cuestiones como evitar la duplicación de los estándares o especificaciones técnicas para productos o servicios, entre otros, cuyo cumplimiento es voluntario.
Asimismo indicó que ambas partes coinciden en que "encontrar las maneras de cooperar cuando nuestros estándares difieran demasiado en busca de soluciones comunes".
También coincidieron en que los estándares de las dos partes "son los más altos del mundo y queremos mantenerlos, sea para los vehículos, los productos farmacéuticos o los instrumentos médicos".
A ese respecto Mullaney subrayó que con el futuro TTIP "se puede aumentar la cooperación transatlántica y también la que tenemos con el resto del mundo… Este es uno de los acuerdos de libre comercio más ambiciosos nunca negociados".
Los negociadores se refirieron también a las numerosas críticas que sus conversaciones para un acuerdo de libre comercio han recibido de organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles, que han apuntado a una falta de transparencia por parte de los dos socios y a una escasa defensa de los intereses ciudadanos.
García-Bercero y Mullaney coincidieron en que seguirán hablando con todos, incluso con los que se oponen parcial o totalmente al TTIP, como ocurrió con Greenpeace, cuyos activistas bloquearon durante algunas horas el inicio de la ronda.
"De nuevo los negociadores se han centrado en proporcionar nuevos privilegios para las grandes empresas, a expensas de la gente y del medioambiente", opinó la responsable de comercio de esa organización, Susan Cohen, en un comunicado.
La activista criticó la propuesta comunitaria de crear ese sistema jurídico de inversiones porque, a su juicio, es "un descarado desprecio por la democracia y el interés público", al tiempo que consideró que "la oposición a este acuerdo comercial está aumentando".
La UE y Estados Unidos consideran que alcanzar este nuevo acuerdo de libre comercio bilateral reforzará aún más sus ya estrechas relaciones económicas, contribuirá a aumentar su crecimiento económico, a rebajar los precios y a la creación de puestos de trabajo, entre otros.