SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Una de las aspiraciones cardinales de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) para este año es que los productores puedan tener acceso a financiamientos bancarios en condiciones de pago más blandas, que conecten realmente con las necesidades de modernización y desarrollo del sector.

Cifras oficiales indican que en la administración de Danilo Medida (2012-2016) se han concedido al sector créditos sobre los RD$48,000 millones, aproximadamente la mitad por parte del sector público.

De acuerdo con el presidente ejecutivo de la JAD, esto significa que el Gobierno “ha cumplido el compromiso que asumió de satisfacer la demanda de crédito que teníamos, de US$1,000 millones”, que equivalían en el 2011 a unos RD$38 mil millones.

Osmar Benítez apunta, sin embargo, que para dar un mayor impulso a la producción y apuntalar su capacidad exportadora se precisa trabajar también el tema de la modalidad del crédito, tanto a nivel de las autoridades como de la banca privada.

“Ahora necesitamos que ese nivel de financiamiento se mantenga y crezca. O sea, el crédito productivo necesitamos llevarlo al crédito de desarrollo, a créditos de largo plazo, cuyas condiciones de pago sean a mayores plazos”.

En la República Dominicana el tiempo para el repago de los préstamos agropecuarios promedia cinco años, un período de “maduración” que se estima limitado, dada para la naturaleza del sector.

“En el caso de la agricultura, necesitamos préstamos que tengan un horizonte de 10 años, dependiendo de la actividad, por ejemplo, en la agricultura de exportación, la fruticultura, la madera, el préstamo no puede madurar en cuatro o cinco años”, indica Benítez.

El directivo de la JAD favorece que vuelvan a implementarse mecanismos como el Fondo FIDE (Fondo de Inversión para el Desarrollo Económico) del Banco Central, “que fue lo que permitió desarrollar toda la infraestructura grande de la agroindustria” en épocas anteriores.

Espera que también continúen disminuyendo las tasas de interés a que presta el Bango Agrícola, que desde agosto del 2012 han bajado primero a 12% y luego hasta un 10%, por disposición del Poder Ejecutivo. “Estamos contentos con eso, pero si las condiciones del Banco (Agrícola) mejoran y podemos llevarlo al 8%, perfecto”, dijo Benítez en declaraciones al periódico Acento.

Osmar Benítez, presidente ejecutivo de la JAD.

La banca privada

De los RD$48 mil millones que se habían financiado al sector hasta diciembre de 2015, el Estado ha facilitado cerca de la mitad a través del Bagrícola, el Banco Nacional de Desarrollo y de las Exportaciones (Bandex) y el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA).

No obstante, Benítez resalta que más del 50% lo ha aportado la banca privada, que es donde hay más recursos disponibles.

“Entonces a la banca privada hay que facilitarle reglas de juego que permitan que ellos puedan ampliar su cartera (de créditos), su portafolios” orientado al sector agropecuario, sostiene.

En este sentido, la JAD aboga porque las autoridades monetarias diseñen una política que permita modificar “ligeramente” el denominado Reglamento de Evaluación de Activos (REA), sin que ello implique debilitar las exigencias o normas prudenciales de la banca.

Esto permitiría, de acuerdo con Benítez, una mayor flexibilidad de los bancos comerciales hacia el sector, en términos del financiamiento. “Ahora cuando los préstamos agrícolas llegan a un banco lo consideran inmediatamente como un préstamos de riesgo y lo califican en la categoría C o D, y eso sube la tasa” de los préstamos, puntualiza.

En esta dirección la JAD plantea también que se habilite y empiece a implementar un Fondo de Garantías especializado para la agroempresa, mecanismo que tienen “todos los países” de la región, y especialmente los Estados Unidos.

Esto posibilita “minimizar el riesgo” que corren los bancos y ampliar su portafolios para la producción cárnica y agrícola. “Es como un seguro donde el Estado pueda garantizar por ejemplo hasta el 50% o un 25% (del préstamo), el Fondo un 25% y el agricultor un 25%”.

Otra iniciativa que ayuda a que los productores puedan obtener financiamientos y al que la JAD espera se de continuidad este año lo constituye el Programa de Titulación de Tierras, una iniciativa que ha venido desarrollándose con el concurso de la JAD y diversas entidades gubernamentales.