Santo Domingo (EFE).- Los productores agropecuarios de República Dominicana solicitarán formalmente al Gobierno que declare la emergencia en las zonas más afectadas por la sequía, donde los cultivos se están secando y el ganado ha comenzado a morir, tras meses sin lluvias que alivien el agostamiento del campo.
Así se lo confirmó este martes a Efe el presidente de la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios (Confenagro), Eric Rivero, quien apuntó que mañana se realizará esa petición formal a las autoridades, dada la situación que sufren las regiones norte y sur pero, sobre todo, la línea noroeste.
Rivero calificó la coyuntura de "terrible" para una región donde la mayoría de los municipios son productores agropecuarios, "todo está secándose", se están perdiendo los cultivos, entre ellos, los de banano orgánico, uno de los principales rubros que se exporta, aunque de momento no cuenta con cifras de perdidas económicas.
Además, ya han muerto entre 150 y 200 cabezas de ganado, y la producción de leche en poblaciones como Santiago Rodríguez, que suponía 120 millones de pesos mensuales (unos 2,4 millones de dólares), se ha reducido al 35 % de lo que es habitual, explicó el presidente de Confenagro.
Ver las condiciones en las que está el campo es "desgarrador", se están viviendo momentos "muy difíciles", indicó, de ahí que vayan a solicitar una declaratoria de emergencia en las zonas más afectadas, ya que las medidas que ha puesto en marcha el Gobierno no son suficientes para paliar la situación.
Las autoridades pusieron en marcha el pasado domingo un plan de emergencia en la línea noroeste que incluye medidas como la entrega de raciones alimenticias en las comunidades más necesitadas, el reparto de melaza para alimentar al ganado, y el envío de camiones cisterna para abastecer de agua a la población y a los productores agropecuarios.
Sin embargo, Rivero considera insuficientes estas y otras acciones, y llamó la atención sobre el hecho de que, aunque es la más afectada, no solo la línea Noroeste necesita ayuda, también en el sur y en el norte, está sufriendo las consecuencias de la falta de precipitaciones.
Para empezar, harían falta más camiones que lleven agua, más caña de azúcar para el ganado, y más facilidades para los pequeños productores, para quienes "es complicado transportar lo necesario para salvar a las vacas", apuntó.
Además, señaló que la inversión del Estado en la construcción de presas o acueductos "ha estado paralizada" en los últimos años, y consideró necesario crear más infraestructuras para el acopio de agua, algo que no solo contribuiría a paliar la sequía, sino que mejoraría el problema de falta de energía eléctrica, afirmó.
La Oficina Nacional de Meteorología (Onamet) declaró la semana pasada el estado de sequía en las regiones sur, suroeste y noroeste del país debido al continuo déficit de lluvias en estas zonas.
De enero a noviembre de 2018 se registró una sequía calificada de débil a severa; y en diciembre el país tuvo un balance general de precipitaciones un 58,2 % menor con respecto a los valores normales.
La situación siguió en enero, mes en el que el 84 % de las estaciones de medición analizadas presentaron algún grado de sequía, siendo los balances negativos más alarmantes los del suroeste (-98,3 %), noroeste (-85,8 %) y sur del país (79,4 %).
Un problema añadido, y derivado de la falta de agua, es la presencia de una plaga del escarabajo del pino (Ips calligraphus) en La Sierra de la Cuenca del Río Yaque del Norte, zona que está sufriendo la sequía más intensa que ha padecido desde que se tiene registro.
Este insecto se aloja bajo la corteza del árbol y lo seca rápidamente, sobre todo durante los períodos de largas sequías, cuando los árboles están débiles y no pueden producir resina para defenderse, de modo que, aunque también se está actuando para acabar con la plaga, la falta de agua también hace peligrar uno de los espacios naturales más importantes del país. EFE