Washington, 8 abr (EFE).- El actor y director de cine Robert Redford expresó hoy su oposición a la construcción del oleoducto Keystone XL, que recorrería EE.UU. desde Canadá al Golfo de México, al señalar que le pone "enfermo" por el "riesgo" que supone para las comunidades, y puso de ejemplo un reciente vertido en Arkansas.
"Cuando veo las arenas bituminosas a través de los jardines de la gente y los pantanos, me pongo enfermo. Mis pensamientos están con esas gentes en Arkansas quienes tienen que tratar con ese río tóxico", indicó Redford en un artículo en el Huffington Post.
El cineasta, galardonado con dos premios Oscar, se refería al reciente vertido del oleoducto Pegasus que lleva petróleo ultrapesado desde Illinois (norte) hasta Texas (sur), y que tras una ruptura de sus tuberías a finales de marzo ha derramado entre 2.000 y 10.000 barriles de petróleo en la localidad de Mayflower en Arkansas.
Redford subrayó que el oleoducto Keystone XL llevaría "cerca de diez veces" más petróleo que el Pegasus.
"No está entre los mejores intereses de nuestra nación el llevar este petróleo a través de nuestros campos y acuíferos de modo que la industria petrolera pueda disfrutar de los altos precios de los mercados extranjeros", agregó el actor.
El proyecto del oleoducto Keystone XL, que aún debe ser aprobado por la Administración estadounidense y que permitiría transportar el crudo obtenido de las arenas bituminosas de Alberta (Canadá) hasta las refinerías en el Golfo de México, ha generado una importante oposición entre sectores ecologistas estadounidenses por su impacto medioambiental.
Obama ya rechazó una primera propuesta de Transcanada para construir el oleoducto en enero de 2012, cuando argumentó que el Congreso no le había dado tiempo suficiente para evaluar adecuadamente el proyecto, tras lo que la empresa canadiense volvió a entregar una propuesta.
No obstante, un reciente informe técnico del Gobierno de EE.UU. sugiere que el impacto climático de su construcción, con un coste valorado en 7.000 millones de dólares y que prevé su inicio de operaciones para 2016 y 2017, no sería grave para el medioambiente.
Canadá, por su parte, está presionando a EE.UU. para su aprobación con la amenaza de recurrir a China para dar salida a sus yacimientos de hidrocarburos poco convencionales. EFE