Sánchez Ramírez.- La presa de Hatillo es posiblemente la más grande e importante del país. Según un estudio publicado en 2008, tiene una capacidad de almacenamiento de 700 millones de metros cúbicos de agua, para el uso de riego en zonas arroceras y para la producción de energía hidroeléctrica.

Además, la vida que allí existe es también fuente de alimentación para los moradores de toda la provincia, pues la actividad económica principal en Hatillo es la pesca artesanal, de donde obtienen la mayor parte de sus ingresos los moradores de la zona. Por eso, para ellos, la calidad del agua es lo más importante.

El Río Margajita es el principal afluente que desemboca en Hatillo. Este recurso hídrico, cuenta con 12 subcuencas y 28.50 km2 de superficie en total. Durante décadas se vio afectado por las lluvias que entraban en contacto con piedras de alto contenido mineral, produciendo aguas ácidas que le daban un color rojizo y que iban a parar a los ríos de la zona, afectando también la producción de los pescadores. 

Al  inicio de las operaciones de Barrick Pueblo Viejo, se empezó la recolección de las  aguas ácidas, que se generaban naturalmente en la zona, para ser usadas en el procesamiento del mineral, y al final ser tratadas y luego liberadas al medio ambiente, sólo cuando se encuentran en cumplimiento  con normas ambientales nacionales e internacionales. Este proceso produjo un notable cambio en todo el río hasta su desembocadura en el embalse de la presa.

Esta mejoría y la oportunidad de retomar su proyecto pesquero motivó que los 38 miembros de la Asociación Unión de Pescadores  de Hatillo solicitaran apoyo de la empresa para emprender de nuevo el proyecto de cría de peces, que en el año 2007 fue destruido por el paso de las tormentas Olga y Noel, como garantía de un mejor futuro para sus familias y las de sus nuevos clientes.

Andrés Leonardo Romero, o Jhonny, como le dicen sus relacionados, es presidente de la Asociación y pescador líder en la cría de peces en jaulas. Confía en el rápido crecimiento del proyecto con el apoyo de cada uno de sus compañeros, sus familias y la comunidad.

Andrés Leonardo Romero (Jhonny)
Andrés Leonardo Romero (Jhonny)

En la actualidad y en menos de un año de inicio del proyecto de cría de peces en jaulas flotantes, los pescadores de Hatillo ya ven resultados del impacto de sus cosechas en otras localidades como Maimón, donde se han establecido negocios de venta de sus peces, los cuales tienen un peso promedio de una libra por unidad, atendiendo que, por la capacidad de las 10 jaulas que se instalaron, la producción es de unas 8 mil 100 libras de pescado por cosecha y que el precio de venta de los peces se cotizaba a sus inicios en unos RD$65 pesos la libra.

“Cuando era pequeño la pesca era buena, luego los peces fueron desapareciendo. Si este proyecto continúa espero sea de beneficio para ellos (los pescadores) y para mí. Es una forma fácil de producir pescados, con mejor crianza, más rápido y de mejor calidad”, explica Domingo Antonio Abreu García, residente en la provincia Sánchez Ramírez y propietario de una pescadería que dio apertura al inicio de la primera cosecha de peces del proyecto.

(*) En colaboración con Barrick Pueblo Viejo