SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) reportó durante la semana pasada que por primera vez en millones de años, se registraron en la atmósfera niveles de dióxido de carbono por encima de las 400 partes por millón (ppm). Si haber alcanzado la marca de los 400ppm no suena como algo preocupante, quizás hace falta entender lo que significa.
Asimilar lo que significa para la humanidad vivir con CO2 “por los cuatrocientos”, significa volver a una era geológica en que los niveles de concentración de este gas en la atmósfera eran iguales a los actuales según el Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de San Diego: el Plioceno.
Durante esta época, la concentración oscilaba en los 415 ppm; lo cual implicaba temperaturas globales de al menos diez grados Celsius más altos que en la actualidad y niveles del mar más altos que los actuales por más de 16 pies.
Huyendo de un lenguaje muy técnico, haber alcanzado ‘la marca de los 400ppm’ significa un planeta más caliente. Un planeta con más tormentas y desastres naturales, costas y ciudades enteras desaparecidas por el aumento de los niveles del mar y con daños inevitables sobre la producción de alimentos.
Más preocupante aún es la rapidez con la que la actividad humana ha alcanzado esta ‘milla’, sin detenerse por un respiro. Desde la Revolución Industrial, hace poco más de doscientos años, la quema de combustibles fósiles ha aumentado los niveles de CO2 en un 41% por ciento, causando la retención de calor en la atmósfera.
Comprendido esto, no puede perderse de vista el problema central: la concentración de CO2 en la atmósfera no es fortuita. La concentración en la atmósfera de CO2 –que irá en aumento si no se toman acciones oportunas- y la variabilidad en el clima no son eventos casuales.
Son eventos que hemos provocado los seres humanos, con eso de ‘aprovechar’ los recursos naturales de forma tan irresponsable que conseguimos poner en riesgo nuestra propia supervivencia en menos de 10 millones de años; muchísimo menos tiempo que el que duraron los dinosaurios sobre la Tierra (quienes, por cierto, eran “más salvajes”).
@sunageorg