El prolongado período de sequía ha tenido un impacto particularmente “severo” en la agricultura de algunas provincias fronterizas, que expone a sus pobladores a una eventual situación de crisis alimentaria, alertó el director en el país de la organización no gubernamental Oxfam.

Ante este panorama, Raúl del Río subrayó la necesidad de que las instituciones del Estado se coordinen y articulen sus programas e iniciativas asistenciales, especialmente de apoyo a los pequeños agricultores que predominan en la zona.

Indicó que las secuelas de la sequía en provincias como Montecristi y Dajabón se sintieron incluso con mayor intensidad que en años anteriores durante el primer cuatrimestre del 2016, coincidiendo además con los efectos locales del fenómeno El Niño.

“Hemos visto como grupos, sobre todo los pequeños y medianos agricultores, se han visto significativamente impactados perdiendo sus cosechas de arroz, principalmente, y ganaderos en términos de unidades de vacuno, y esto ha afectado directamente su situación de seguridad alimentaria”, dijo Del Río.

Sostuvo que para afrontar de manera eficaz la situación hace “falta una mayor institucionalización y análisis de la sequía como una amenaza que requiere de protocolos, de mecanismos de observación mucho más efectivos y continuos”.

Explicó que la situación podría tornarse aún más difícil debido a la “variabilidad climática” expresada en las copiosas lluvias que cayeron sobre el territorio nacional en el pasado mes de mayo, y ante la eventualidad de que la actual temporada ciclónica sea este año más activa de lo habitual.

Raúl del Río, director de Oxfam en República Dominicana.

“Ahora se está nuevamente sembrando, pero en una situación de suelos saturados. Entonces si llegaran lluvias de alta intensidad horaria durante varios días seguidos producirían lógicamente la imposibilidad de sembrar los cultivos de ciclo corto y por lo tanto el daño o la pérdida de los mismos”, explicó.

El directivo de Oxfam adujo que aunque se llevan a cabo iniciativas desde el Ministerio de Agricultura, el Instituto Agrario Dominicano (IAD) y otras instituciones que proveen agua en algunas de estas comunidades, en el terreno “se da una brecha significativa entre el impacto existente y las necesidades” que reportan las poblaciones más afectadas.

“La asistencia puede estar llegando, pero no en la intensidad que este fenómeno requiere (…) no es un senador quien tiene que dar respuesta, un político de turno, sino el propio Estado” dominicano”, apuntó Del Río.

Añadió que “también se han identificado mecanismos en los cuales la provisión o la distribución de la ayuda no llega a todos los grupos a los grupos que son más afectados”, manifestó.

En ese sentido, señaló que es necesario que todas las instituciones del Estado involucradas con el apoyo a las comunidades fronterizas “se articulen y que establezcan conexiones” con entidades como la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).

El representante de Oxfam fue entrevistado tras participar en el lanzamiento de un programa para la “Resilencia para la Sequía” que fue presentado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, siglas en inglés) y otras entidades internacionales.

El proyecto tiene por objetivo fortalecer la capacidad de resistencia de la población ante los efectos de este flagelo en 28 comunidades de Montecristi, Dajabón, San Juan y Elías Piña.

Para su ejecución, que se estima beneficie directamente a unas 20,000 personas, se cuenta con un presupuesto de 923 mil 529 euros (Alrededor de RD$50 millones), según detalló el representante de la FAO en la República Dominicana, Carmelo Gallardo.