Miami (EE.UU.), 16 ago (EFE).- Más de 6.000 cazadores tienen licencia para matar caimanes en la temporada que se inició esta semana en Florida (sur de EE.UU.), un estado todavía estremecido por la muerte de un niño que fue arrastrado por uno de esos reptiles a una laguna.
Con una población estable estimada de 1,3 millones de ejemplares, los caimanes protagonizaron en 2015 dos ataques mortales, uno a un ladrón que se escondió de la Policía entre la maleza de una laguna y otro a un bañista que nadaba en un canal de un parque estatal.
Aunque han pasado diez años todavía se recuerda el caso de Yovy Suárez, una joven colombiana que fue devorada por un caimán cerca de un canal de la ciudad de Davie, al norte de Miami, pero el ataque que más ha conmocionado a los floridanos es, sin duda, el sucedido en junio pasado en un centro hotelero de Disney en Orlando (centro de Florida).
En solo segundos un caimán atrapó a un niño de dos años que estaba con sus padres y hermanos en las orillas de una laguna artificial y lo arrastró consigo adentro del agua, sin que los esfuerzos del padre y la madre del menor por liberarlo de la fauces del reptil sirvieran de nada.
La caza de caimanes, que autoriza a cada cazador con licencia a dar muerte a un máximo de dos ejemplares, concluye el próximo 1 de noviembre
Veinticuatro horas después, los buzos que participaron en la búsqueda hallaron en el fondo del lago el cuerpo sin vida del niño.
La laguna, uno de los atractivos del Gran Floridian Resort & Spa de Disney, fue cercada después de la muerte del niño y ahora la empresa ha empezado a levantar un muro para evitar nuevos ataques de caimanes a los huéspedes.
Una parte importante en la lucha por mantener un equilibrio en la cifra de caimanes sueltos es el programa de caza que, desde 1988, viene implementando la Comisión para la Conservación de la Caza y la Pesca de Florida (FWC).
A juicio de Tammy Sapp, portavoz del departamento de caza de la FWC, el programa de conservación de los caimanes es "una historia de éxito" en el estado a la que se añade la iniciativa de caza anual, que "ha sido reconocida nacional e internacionalmente como un programa modelo para el uso sostenible de un recurso natural".
La caza de caimanes, que autoriza a cada cazador con licencia a dar muerte a un máximo de dos ejemplares, concluye el próximo 1 de noviembre, y en el sur de Florida tiene su radio de acción principalmente en la zona de los Everglades al oeste de los condados de Broward y de Palm Beach, al norte de Miami, y en el lago de Okeechobee.
Este año la FWC contabilizó 13.000 solicitudes de caza procedentes de los cuatro puntos cardinales del estado, aunque solo concedió 6.000 licencias "para operar en 65 condados de Florida y más de 60 lagos, ríos y varios humedales", apuntó Sapp.
Lo cierto es que el "boom" de la construcción en el estado, también en zonas de lagos y canales, y la continua pérdida de terreno pantanoso y hábitat natural, ha supuesto la penetración cada vez mayor de caimanes en zonas residenciales.
No obstante, desde 1948 y hasta 2015 solo se han registrado 23 ataques mortales de caimanes en el estado, a los que hay que añadir graves incidentes como el registrado el sábado pasado, cuando un caimán arrancó la mano casi por completo de una mujer que se agachó para recoger una lata de refresco del agua en un lago.
En cuanto a las llamadas de particulares a las autoridades para alertar de la presencia de caimanes en sus propiedades, el registro de años recientes "se mantiene dentro del promedio anual, en la misma media", confirmó a Efe un experto del FWC.
Gran parte del quebradero de cabeza de la presencia de caimanes en el estado estriba en que estos reptiles han perdido el miedo a los seres humanos, en ocasiones porque estos son los primeros que les arrojan alimento, algo que está prohibido.
La pasada temporada de caza mataron a 6.694 caimanes, con un longitud media de unos ocho pies (2,44 metros).
La Comisión aconseja que no se nade en zonas de abundante vegetación, ni se alimente a los animales salvajes o se pasee con mascotas cerca del agua, especialmente al anochecer y al amanecer, cuando los caimanes se muestran más activos. EFE