Managua, 14 dic (EFE).- El puerto Salvador Allende, en la orilla del lago de Managua o Xolotlán, se ha convertido en el nuevo destino de moda en Nicaragua, donde se ofrece al turista recorridos en pequeñas embarcaciones y vista a los volcanes, y próximamente un paseo aéreo y un parque acuático.

El Salvador Allende, situado en el malecón de Managua, en el antiguo centro de la capital y cerca del teatro Rubén Darío y de la vieja catedral, recibe mensualmente un promedio de 150.000 turistas, entre extranjeros y nacionales, a razón de 5.000 por día, de acuerdo a las autoridades.

Entre los atractivos que ofrece el único lugar portuario de la capital nicaragüense se encuentra un paseo en pequeños barcos, con música incluida, en el lago Xolotlán, para visitar la llamada "Isla del Amor", que según los historiadores sirvió de refugio a los amores clandestinos del presidente Anastasio Somoza García, el patriarca de una dinastía que gobernó Nicaragua de 1937 hasta 1979.

El presidente de la estatal Empresa Portuaria Nacional, Virgilio Silva, dijo a Efe que invertirán 30 millones de dólares para la ampliación y modernización de ese sitio, que incluirá la construcción de un hotel con unas 200 habitaciones.

También construirán un centro de convenciones y otro comercial de dos plantas, con tres salas de cine, y abrirán un parque acuático, que incluirá prácticas de esquí náutico.

Asimismo, tienen previsto construir un helipuerto para ofrecer recorridos aéreos en los alrededores del lago, por un coste de 100 dólares por persona.

Inaugurado el 26 de junio de 2008, el puerto Salvador Allende ofrece a lo largo de más de un kilómetro (que una vez ampliado será de 2,5 a 3 kilómetros) una propuesta de ocio que incluye tiendas de recuerdos, juegos para niños, canchas deportivas y pista de patinaje.

También ranchos para merendar, bares, discotecas y restaurantes que en su menú ofrecen comida típica nicaragüense, mexicana, cubana, italiana, salvadoreña y guatemalteca.

Entre sus ilustres visitantes sobresale el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien fue llevado a ese lugar en junio pasado por su homólogo nicaragüense y aliado político, Daniel Ortega.

También el empresario chino Wang Jing, propietario de HKND Group, una firma creada en Islas Caimán y asentada en Hong Kong, concesionaria del proyecto del canal interoceánico de Nicaragua, que fue acompañado por Laureano Ortega, uno de los hijos del presidente Ortega.

El puerto, cuyo nombre es en homenaje al fallecido mandatario chileno Salvador Allende, nació con la idea de unir vía lacustre la capital nicaragüense con el municipio de San Francisco Libre, en la costa norte del lago y que es azotado cada invierno por fuertes lluvias que provocan inundaciones, explicó Silva.

Tras la inversión inicial, de 7,5 millones de dólares, con la que se reconstruyó la infraestructura del puerto y se puso a disposición una pequeña embarcación para navegar en el lago, comenzaron a llegar los turistas y a crecer el sitio hasta convertirse, al día de hoy, en el lugar más visitado en Nicaragua, señaló.

A mediados de octubre pasado, un pequeño crucero estadounidense se convirtió en la nueva atracción en el puerto Salvador Allende.

La embarcación "Meyer’s Xolotlán", propiedad del estadounidense Grupo Meyer’s, con un coste de un millón de dólares y de tres pisos, tiene capacidad para 150 personas, y está equipada con salones, restaurantes y bares.

Ese crucero es la segunda embarcación que oferta sus servicios a los turistas, uno de los atractivos en ese lugar desde la que sus pasajeros pueden tener mejor vista para apreciar los volcanes formados frente al lago.

Según las autoridades, el Grupo Meyer’s pretende construir un restaurante con piscina y cabañas de alojamiento en la llamada "Isla del Amor" para los turistas que deseen alejarse del bullicio de la capital y recluirse en una ambiente natural.

Ese lugar, frecuentado por familias y parejas, deja ingresos a Nicaragua de casi un millón de dólares anuales sólo por la entrada de turistas, sin incluir los impuestos que pagan los negocios y las dos pequeñas embarcaciones. EFE