MADRID, España (EFE).-La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y los gobiernos de 80 países -entre ellos España- se pronunciaron el sábado a favor de una mayor inversión en las regiones más desfavorecidas de la tierra y advirtieron del vínculo entre el hambre y la guerra.

El objetivo común es la optimización de los recursos agrícolas y el equilibrio entre ecología y explotación agraria, indicó la ministra alemana de Agricultura, Ilse Aigner, al término del Foro Global para Alimentos y Agricultura 2013 (GFFA), celebrado el sábado en Berlín.

El hambre castiga especialmente las zonas rurales y sus víctimas principales son los pequeños agricultores, añadió la ministra, quien destacó el papel que deben jugar el sector privado y los gobiernos en la lucha contra la pobreza en el mundo.

Aigner cerró así el Foro, celebrado durante la Semana Verde de Berlín, la mayor feria del sector agroalimentario del mundo, y que había inaugurado el secretario general de la FAO, Jose Graziano da Silva, asimismo con una llamada a la inversión responsable.

Hay una "creciente relación" entre seguridad alimenticia y seguridad, "entre guerra y hambre", apuntó el secretario general de la FAO, José Graziano da Silva, por lo que es imperativo "romper el círculo vicioso" de la pobreza y el hambre.

Ello significa una mayor implicación entre la empresa privada y los estamentos de Ayuda al Desarrollo, enfatizó Graziano da Silva en la apertura del Foro, al que acudieron representantes de 80 gobiernos, entre ellos el ministro español Miguel Arias Cañete.

Las inversiones en agricultura son aún muy escasas en las regiones donde la pobreza rural y el hambre son más graves, coincidieron Aigner y Graziano da Silva, en Berlín.

"Tenemos que concentrar nuestros esfuerzos en los agricultores, que son los actores principales en el mundo rural, señaló Aigner, quien destacó que su gobierno destina más de 700 millones de euros al año en seguridad alimentaria y desarrollo rural en los países en desarrollo.

Según cifras de la FAO, cerca de 870 millones de personas entre las más pobres del mundo -una de cada ocho-, padecen hambre y no tienen acceso suficiente a alimentos y en su mayoría viven en zonas rurales de los países en desarrollo.

El foro ocupó la segunda jornada de la 78 edición de la Semana Verde, que abrió el viernes sus puertas al público, en presencia de la canciller Angela Merkel, y se desarrollará hasta el próximo 27 de enero. EFE