Nueva York, 24 jun (EFE).- Un gran plan para salvar a los océanos de la sobrepesca y la contaminación que sufren debe ser aplicado durante los próximos cinco años o el mundo podría verse obligado a dejar de explotar por completo las aguas internacionales, advirtió hoy un grupo de expertos y líderes políticos.
La Comisión Océano Mundial -en la que participan antiguos jefes de Estado y de Gobierno, ministros y empresarios- llamó la atención en un informe sobre el rápido deterioro que están sufriendo las aguas fuera de las jurisdicciones nacionales a causa de la ausencia de un Gobierno adecuado de esas zonas.
"La alta mar es como un Estado fallido. Un pobre Gobierno y la ausencia de vigilancia y gestión suponen que recursos valiosos estén desprotegidos y estén siendo despilfarrados", advirtió en un comunicado uno de los vicepresidentes de la Comisión, el exministro de Exteriores británico David Miliband.
El grupo, que hoy presentó su iniciativa a la ONU, propone un gran plan con ocho puntos a aplicar en los próximos años para frenar la degradación de los océanos en las zonas fuera de jurisdicción nacional, que representan el 64 % del total de las aguas.
"A menos que cambiemos el rumbo en el declive en cinco años, la comunidad internacional tendrá que considerar convertir la alta mar en una zona vedada de regeneración hasta que se recupere", señaló el expresidente costarricense José María Figueres, otro de los vicepresidentes del grupo.
La Comisión Océano Mundial plantea, entre otras cosas, terminar con los subsidios públicos al combustible que facilitan a los barcos pesqueros sus operaciones en alta mar.
Las ayudas que conceden diez países (entre ellos España, Francia, Estados Unidos o Japón) ascienden cada año a 30.000 millones de dólares y, según el informe, deberían eliminarse en los próximos cinco años.
El 60 % de esos subsidios, asegura la Comisión, alientan directamente métodos de pesca insostenibles, que no serían viables económicamente sin las ayudas.
Además, los expertos proponen medidas para poner fin a la pesca no declarada, como el seguimiento obligatorio de todas las embarcaciones en alta mar.
El plan reclama también a los Gobiernos que actúen para minimizar el uso de bolsas de plástico y frenar así la contaminación de los mares con ellas.
Además, pide el establecimiento de estándares de seguridad obligatorios para las explotaciones marinas de petróleo y gas y una convención internacional que garantice que quien contamine pague.
Para responder al desgobierno que se vive en aguas internacionales, la Comisión pide negociar una nuevo acuerdo dentro de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) que dé prioridad a la salvaguarda de los océanos y permita crear zonas de protección marina.
"Sin un verdadero gobierno, una minoría seguirá abusando de la libertad en alta mar, saqueando la riqueza que hay bajo las olas, llevándose más de lo que les corresponde y beneficiándose a costa del resto de nosotros, especialmente de los más pobres", señalo el exministro surafricano Trevor Manuel.
El grupo quiere además que la protección de los mares se incluya como un objetivo dentro de la agenda de desarrollo global post-2015, que la ONU nombre un representante especial para el océano y que se cree una comisión independiente que supervise las aguas internacionales. EFE