Madrid, España.- La conservación de los espacios naturales debería ser una prioridad frente a la reforestación indiscriminada, según señala el profesor de la Universidad de Lleida (noroeste de España), Víctor Resco de Dios.

En relación al anuncio de varias organizaciones de plantar mil millones de árboles, Resco de Dios, con motivo de la celebración el 21 de marzo del Día de los Bosques, sostiene que esa acción "no va a parar el cambio climático" y asegura que no es partidario de repoblar zonas de "forma intensiva".

Este profesor se refiere a la iniciativa que promueve el Foro de Davos, apoyado entre otras organizaciones por WWF y Birdlife International o el Bonn Challenge, que buscan reforestar pastos tropicales y subtropicales, "ecosistemas con sus propias características", sostiene.

Es algo que "no se debería practicar", por ejemplo, en la "emblemática sabana africana, formación de ocho millones de años, donde la vegetación característica ha permitido mantener las poblaciones de mamíferos que precisan de esos ecosistemas", mientras la modificación de ecosistemas en Europa o en América del Norte "provocaron su extinción".

Es necesario "conservar esos espacios naturales para mantener su biodiversidad característica" y el carbono acumulado en el suelo, porque cualquier modelo para remover la tierra libera dióco de la Universidad de Lleida.

Resco trabaja desde enero pasado en la Southwest University of Science and Technology, en el centro de China, donde estudia cómo preservar y conservar los ecosistemas en el Tibet, la gestión de las reservas de agua, los ciclos hídricos y la migración de especies vegetales, porque -al igual que los humanos- "las plantas también se expanden, desaparecen o migran".

Explica que los resultados de la reforestación "se ven a largo plazo, cinco o diez años en adelante", porque las plantas jóvenes gestionan poco CO2 y "no se garantiza la captura de forma inmediata", es necesario que "pasen unos cuantos años para que la fotosíntesis compense la liberación de CO2″.

Además, con el cambio climático es necesario hacer un estudio exhaustivo de las plantas que se introducen en nuevas zonas y se puedan adaptar mejor a temperaturas de dos o tres grados por encima de las actuales.

La reforestación puede acarrear otros problemas como "la introducción especies exóticas invasoras" o especies que sean mas fácilmente "pasto de incendios forestales", por lo que, además, se requiere de "una adecuada gestión de los bosques".

Es lo que ha sucedido, a su juicio, en países como España, Portugal, Chile o Argentina, donde en los últimos años se han producido incendios de grandes magnitudes, con costes no solo para la naturaleza sino también en vidas humanas y animales, señala Resco de Dios.

España es el segundo país europeo en superficie forestal con 18 millones de hectáreas, sin embargo, en 2019 se produjeron 8.600 incendios forestales aproximadamente entre el 1 de enero y el 18 de agosto de ese año, que calcinaron unas 56.500 hectáreas.

En cuanto a la reforestación, en 2017 se registró un aumento de la superficie repoblada con 10.000 hectáreas al recuperarse las forestaciones de tierras agrícolas y casi duplica a la del año anterior, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Según esas cifras, la superficie de repoblaciones productoras es la más alta de los últimos diez años, aunque entre 1996 y 1998 se llegó a más de 120.000 hectáreas.

En Portugal, según datos del Instituto de Conservación de Naturaleza y Bosques (ICNF) del Gobierno, en 2019 se produjeron entre el 1 de enero y el 15 de agosto aproximadamente 7.200 incendios forestales, un 43 % menos que el año anterior.

En Chile, el área ocupada por repoblaciones es de 2,9 millones de hectáreas de superficie forestal aproximadamente, de las cuales 600.000 hectáreas ardieron en 2017, más del 50 % de lo que ardió fue una repoblación, según el Catastro de los Recursos Vegetacionales Nativos de Chile.

En Argentina, 1,3 millones de hectáreas están repobladas, es decir 1,4 por ciento de la superficie forestal.

En África, la cuenca del Congo tiene una deforestación menor, la mitad que en la Amazonía, explica Resco De Dios, sin embargo, "los bosques se están transformando por la sequía y la aridez".

A ello contribuyen algunas prácticas como la 'tala y quema o roza y quema' (conocida en inglés como "slash and burn").

Es un claro ejemplo de la necesidad de conservación de los bosques autóctonos para salvar las márgenes de los bosques del Congo, de lo contrario "muchos espacios naturales necesitarán hasta un siglo para recuperar su estado natural", concluye. EFE