Miami (EE.UU.) (EFE).- Una mayor actividad ciclónica en el Atlántico produce una "barrera protectora" frente a la costa este de Estados Unidos que permite que los ciclones se debiliten en su ruta a tierra, según un estudio difundido por la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de este país.
En periodos de gran actividad de huracanes en la cuenca atlántica se forma una "barrera protectora", en la que tienen que ver el llamado viento esquilado vertical y las temperaturas frías en la superficie marina, que debilitan la fuerza de los ciclones mientras se acercan a la costa este de EE.UU., tal como señaló la NOAA.
La investigación de Jim Kossin, científico de los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI, en inglés), que forma parte de la NOAA, señala que las condiciones meteorológicas en la costa este de EE.UU. producen esa "zona de amortiguación" en períodos activos de huracanes.
El "viento esquilado vertical", que se caracteriza por sus cambios de velocidad y dirección desde la superficie hasta la troposfera, "elimina el calor y la humedad del centro de una tormenta, posiblemente destrozándolo por completo", según la NOAA.
"En el Atlántico tropical, donde los huracanes se desarrollan, las temperaturas de la superficie del mar y el viento esquilado vertical actúan conjuntamente para mejorar o dificultar la intensificación del huracán", agrega la NOAA.
En el estudio, publicado hoy en la revista especializada Nature, Kossin señala que al analizar de cerca el fenómeno en la costa este de EE.UU., se observa que "cuando las condiciones en el Atlántico tropical son buenas para la intensificación de huracanes, son malas para ellos cerca de la costa y viceversa".
La NOAA resaltó que los registros entre 1947 y 2015 reflejan que "los huracanes tuvieron aproximadamente el doble de probabilidades de intensificarse a lo largo de la costa este de Estados Unidos cuando la zona de amortiguación no estaba presente".
El organismo destacó que ese tampón pudo haber estado presente cuando en 2016 el huracán Matthew, que a su paso por Haití dejó al menos 573 muertos, se movilizó por la costa este de EE.UU, y que tras rozar la costa de Florida con categoría 4 tocó tierra en Carolina del Sur con categoría 1.
La temporada 2016 de huracanes en el Atlántico, que concluyó el pasado 30 de noviembre, tuvo como protagonista precisamente al devastador ciclón Matthew de categoría 5, el más potente en casi una década, y que pasó sobre la costa oriental de Cuba, el oeste de República Dominicana, el norte de Colombia, Bahamas y el sureste de Estados Unidos.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos señaló que la pasada temporada ciclónica en el Atlántico tuvo una "actividad por encima de lo normal".
Un temporada normal en el Atlántico, que comienza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre, presenta una actividad promedio de entre 11 y 12 tormentas tropicales y 5 huracanes.
Sin embargo, en 2016 se registraron 15 tormentas, 7 de las cuales se convirtieron en huracanes (Alex, Earl, Gastón, Hermine, Matthew, Nicole y Otto) y 3 de ellos lo fueron de categoría mayor, 3, 4 y 5 en la escala de intensidad de Saffir-Simpson. EFE