Washington, 24 jul (EFE).- La disminución global de las poblaciones de animales salvajes intensifica los conflictos violentos, el crimen organizado y el trabajo de niños esclavos, según un artículo que publicó hoy la revista Science.
El estudio, encabezado por investigadores del Departamento de Ciencia, Política y Gestión Ambiental en la Universidad de California, en Berkeley (EE.UU.), muestra cómo las pérdidas de alimentos y empleos por la disminución de la fauna salvaje causan incrementos en el tráfico de humanos y favorecen la inestabilidad política.
"La obtención de alimentos de animales salvajes, de tierra y mar, provee más de 400.000 millones de dólares anuales, sustenta la vida del 15 por ciento de la población global y es la fuente principal de proteína animal para más de mil millones de los habitantes más pobres del planeta", indicaron los autores.
Los humanos siempre han dependido de la fauna salvaje "pero la disminución contemporánea de esa fauna combinada con una globalización de los mercados sin precedentes, han elevado el valor económico de lo que está en juego y la desesperación de los consumidores", agregaron.
Según estos autores, quienes manejan la explotación de la fauna salvaje recurren a la adquisición de adultos y menores esclavizados para mantener bajos los costos de producción y "se desarrolla un círculo vicioso en el cual la disminución de los recursos lleva a los explotadores a aumentar su uso de mano de obra esclava".
El estudio encontró que el tráfico de seres humanos está creciendo en todo el planea y eso demuestra las conexiones entre la reducción de pesquerías y la explotación humana.
Otro ejemplo mencionado en el artículo es la elevada demanda y la reducción de la oferta que han contribuido a precios sin precedentes de los productos de elefante y rinoceronte.
Recientemente, el marfil de colmillo de elefante alcanzó precios de 3.000 dólares el kilogramo y el de cuerno de rinoceronte subió a 60.000 y hasta 100.000 dólares el kilogramo.
"En África los yanyauid, el Ejército de Resistencia de Dios, Al Shabab y Boko Haram cazan elefantes y rinocerontes para obtener marfil y cuernos con los que financian sus actividades terroristas", agrega el artículo.
Los investigadores urgieron a que las organizaciones "que trabajan para contener los conflictos sociales encaren la disminución de la fauna silvestre como una de las causas".
"Hay que pasar más allá de las reacciones superficiales a la cacería de elefantes y rinocerontes para considerar el destino de los miles de millones de personas que dependen para sus ingresos y su comida de la fauna silvestre que desaparece rápidamente", concluyeron. EFE