Las personas empacan sus pertenencias y dejan sus hogares por muchas razones —económicas, sociales, políticas— y estos factores a menudo están interrelacionados.

Un panorama más completo de los patrones de movilidad debe incluir ahora a quienes migran debido al cambio climático —una tendencia que se espera aumente con el tiempo— a medida que las personas se trasladan de una parte de sus países a otras, afirma el Banco Mundial, basado en su segundo informe Groundswell, que pone de relieve cómo las regiones con contextos climáticos, demográficos, de movilidad y de desarrollo muy diferentes pueden planificar la migración por cuestiones climáticas.

Y presenta varios ejemplos:

  • El adolescente marroquí que se pregunta si debería dejar la granja en las montañas, donde su familia cultiva aceitunas y frutas, para trabajar en la construcción en las afueras de Rabat y obtener un salario más estable, ya que la disminución del suministro de agua hace que la agricultura sea más incierta.
  • La trabajadora de una fábrica en la periferia de Ciudad Ho Chi Minh que extraña su comunidad pesquera ubicada en el delta del Mekong en Vietnam, pero que sabe que necesita el dinero que envía a sus familiares para ayudarles a enfrentar las inundaciones repentinas, los períodos de sequía, las lluvias intensas y el aumento del nivel del mar.
  • Los miembros de una familia que viven en un asentamiento informal y desatendido en los límites de Bishkek, que tuvieron que irse de la región rural en el sur de la República Kirguisa porque su fuente de agua se secó y no pudieron mantener sus medios de subsistencia como pastores.

Estos son solo algunos ejemplos de los tipos de decisiones que las personas y las comunidades toman cuando deben contrarrestar las consecuencias del cambio climático.

En un comunicado que recoge las conclusiones de este nuevo informe, con fecha de septiembre, el Banco Mundial indica que ninguna región es inmune a la posible migración como consecuencia de los impactos del cambio climático en los medios de subsistencia de las comunidades y la pérdida de habitabilidad en lugares altamente expuesto. 

"Más de 216 millones de personas podrían desplazarse dentro de sus países en seis regiones para 2050, según la última edición de la serie de informes Groundswell del Banco Mundial."

La publicación incluye nuevas proyecciones de tres regiones: Asia oriental y el Pacífico, Norte de África, y Europa oriental y Asia central. Se basa en el primer informe Groundswell, publicado en 2018, que abarcó África al sur del Sahara, Asia meridional y América Latina.

En conjunto, las previsiones para todas las regiones indican que de aquí a 2050: África al sur del Sahara podría llegar a tener 86 millones de migrantes internos por razones climáticas; Asia oriental y el Pacífico, 49 millones; Asia meridional, 40 millones; Norte de África, 19 millones; América Latina, 17 millones, y Europa oriental y Asia central, 5 millones.

Se estima que la migración interna provocada por impactos climáticos aumentará en las próximas décadas y luego se acelerará en la segunda mitad del siglo, si los países no reducen las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y crean resiliencia frente a los actuales y futuros impactos del cambio climático.

Las llamadas “zonas críticas” de migración por cuestiones climáticas surgirán en los países ya en 2030, produciéndose la emigración desde lugares donde los medios de subsistencia están amenazados por el cambio climático y la inmigración hacia sitios con mejores oportunidades de medios de subsistencia.

“El cambio climático —en particular impactos como el aumento de la escasez de agua, la disminución de la productividad de los cultivos y el aumento del nivel del mar agravado por las marejadas ciclónicas— podría obligar a emigrar a las personas en peligro. En los países podrían surgir zonas críticas de migración por motivos climáticos tan pronto como en 2030, que luego continuarán intensificándose y ampliándose”, señalaron Kanta Endoud y Viviane Clement, autoras principales de los informes.

“Pero aún existe la oportunidad de actuar. Ciertamente, reducir las emisiones y garantizar que el desarrollo sea verde, resiliente e inclusivo son esenciales para disminuir el costo humano del cambio climático. Al mismo tiempo, los países también pueden anticiparse y prepararse para los factores que impulsan la migración, por ejemplo, proporcionando apoyo a las comunidades para la adaptación, diversificando los medios de subsistencia o facilitando la movilidad cuando sea necesario", agregan como alternativa.

En el informe se afirma que la implementación temprana y concertada de medidas para reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y garantizar un desarrollo inclusivo y resiliente es fundamental y con ello se puede disminuir la escala de la migración interna por motivos climáticos hasta en un 80 %.

La reducción de las emisiones mundiales podría traducirse en menores impactos del cambio climático, como la disminución de la productividad de los cultivos, la escasez de agua y el aumento del nivel del mar.

Recomendaciones y conclusiones

Ambos informes Groundswell proporcionan recomendaciones en materia de políticas para respaldar los esfuerzos que podrían frenar la migración por razones climáticas y prepararse para la posible migración de millones de personas de aquí a 2050.

A fin de desacelerar el movimiento de millones de personas en el futuro, es urgente adoptar medidas concertadas en el punto de confluencia del clima, el desarrollo y la migración, insiste el organismo financiero.