Washington (EFE).- La tormenta tropical Barry quedó degradada este domingo a depresión tropical al cruzar el estado de Luisiana, en Estados Unidos, en dirección al norte, aunque las autoridades todavía mantienen la alerta por el riesgo de inundaciones.
Después de transformarse en huracán durante una hora antes de llegar a la costa, Barry tocó tierra a primera hora de la tarde del sábado en Luisiana en forma de tormenta tropical.
Ya convertido el domingo depresión tropical, según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés), se traslada ahora a 9 millas por hora (unos 15 kilómetros por hora) hacia el norte.
Se espera que la depresión tropical pase por partes del noroeste de Luisiana en las próximas horas y llegue al estado de Arkansas entre esta noche y el lunes.
El NHC destacó que los vientos máximos sostenidos de este fenómeno meteorológico han disminuido hasta unas 35 millas por hora, es decir unos 55 kilómetros por hora, y están soplando en las proximidades de la costa de Luisiana, así como en el sureste y el centro.
Está previsto que la depresión tropical se debilite aún más conforme avanza por el interior de EE.UU. y es probable que derive en un sistema de baja presión el lunes por la noche.
Pese a la degradación de Barry, el NHC advirtió de que todavía hay peligro de lluvias que pueden producir inundaciones que amenacen vidas humanas.
De acuerdo a sus datos, es probable que Barry origine precipitaciones que causen acumulaciones de agua de entre 3 y 6 pulgadas (7,2 y 15,24 centímetros) en zonas de la parte baja del valle del río Misisipi, aunque la altura puede subir hasta 10 pulgadas (25,4 centímetros) en el este de Arkansas, el oeste de Tennessee, el sureste de Misuri y el noroeste del estado de Misisipi.
El lago Pontchartrain era uno de los puntos más vulnerables de sufrir inundaciones en Luisiana, aunque por el momento la situación no se ha desbocado.
El alcalde de la ciudad de Mandeville, Donald J. Villere, cuya población se ubica a orillas del lago, señaló a Efe por teléfono que tan solo se inundó una calle próxima a Pontchartrain sobre las 05.00 hora local de este domingo (10.00 hora GMT).
"Pasó rápidamente de una pulgada (2,54 centímetros) de agua a unos dos pies (60 centímetros)", indicó Villere, quien subrayó que "gracias a Dios" no ha ido a más.
"El viento fuerte apenas ha causado daños y como mucho se ha inundado el sótano de alguna casa pero poco más", destacó el alcalde, quien aseguró que ninguna persona ha tenido que ser evacuada de su vivienda ni se han sufrido cortes de la corriente eléctrica.
Pese a que los daños han sido limitados en Mandeville, Villere se mostró precavido y partidario de que los vecinos permanezcan en sus casa.
"Creo que necesitaremos un par de días para limpiar las calles. Aquí estamos acostumbrados a este tipo de fenómenos y las casas están preparadas", opinó.
Por su parte, el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, reiteró en Twitter su llamamiento a extremar la precaución:
"Conforme Barry se mueve por el estado, todavía tenemos varias horas por delante de lluvia, tornados y clima severo", dijo Edwards, quien agregó que aún hay 90.000 usuarios sin corriente eléctrica en sus casas.
Las autoridades no anunciado hasta ahora víctimas por la tormenta, aunque los daños materiales se calculan en miles de millones de dólares.
El medio de pronósticos meteorológicos AccuWeather estima que el daño total y la pérdida económica ocasionada por Barry es de entre 8.000 y 10.000 millones de dólares.
Antes de alcanzar tierra cerca de Intercoastal City, en Luisiana, Barry se convirtió en el primer huracán de la temporada atlántica con vientos de categoría 1 en la escala Saffir/Simpson de un máximo de cinco, hasta que se transformó en tormenta tropical al alcanzar la costa.
La temporada de huracanes en la cuenca atlántica comenzó oficialmente el 1 de junio, pero antes, el 20 de mayo, se formó al sur-sureste de Bermuda una tormenta subtropical, "Andrea", que se debilitó enseguida y no causó daños.
El pronóstico actualizado de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) difundido esta semana indica que la actividad de la actual temporada de huracanes en el Atlántico será "casi promedio", con 14 tormentas tropicales, seis de las cuales se convertirían en huracanes, el primero de ellos Barry, aunque lo fue por corto tiempo antes de tocar tierra.
Luisiana sufrió en 2005 los efectos del huracán Katrina, que ocasionó más de 1.800 muertes, especialmente en la ciudad de Nueva Orleans. EFE