La preservación del medioambiente es una prioridad fundamental para el Banco Popular Dominicano, de acuerdo con su política de Responsabilidad Social Corporativa. Honrar este compromiso impulsa a la organización financiera a una constante y diversa ejecución de proyectos que contribuyan a mitigar los efectos nocivos del cambio climático.
Este ejercicio de ciudadanía corporativa, como empresa social y ambientalmente responsable, cuenta con un enfoque de sostenibilidad y eficiencia energética que la organización financiera implementa en su red de oficinas.
Desde 2011, el Banco Popular viene instalando miles de paneles solares en sus sucursales. En concreto, suman 53 oficinas fotovoltaicas, el 27% de la red total.
Tanto los tejados de estos edificios como los parqueos cuentan con 10,445 paneles solares, una capacidad instalada de 2.8 megavatios (mW) y una producción de energía limpia al año de 4.3 millones de kilovatios por hora (kWh).
Esto equivale al consumo promedio de 8,669 hogares con un estimación de 500 KW hora/mes, lo que convierte a la institución en líder nacional en producción de energía solar.
Esta iniciativa ha merecido que la institución reciba el Premio a la Excelencia en Producción Más Limpia (P+L) de Energía Renovable en 2017, entregado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
El galardón busca promover las mejores prácticas y reconocer a las organizaciones que aplican una estrategia de producción limpia en su cadena de valor.
Orígenes y logros
El proyecto fotovoltaico del Popular inició con la oficina de Juan Dolio y hoy se extiende por 22 provincias.
La inversión ambiental realizada permite al banco ahorrar un promedio anual de RD$33.8 millones de su factura eléctrica, reducir el consumo de energía de origen fósil y, como consecuencia, su impacto ambiental.
Así, la reducción ponderada de CO2 al año es de 2.76 millones de kilogramos, cifra que se traduce a 275,978.53 árboles salvados anualmente.
“Con las oficinas fotovoltaicas tenemos la oportunidad de servir, no solo a nuestros clientes, sino a todos los dominicanos, a nuestras familias, a nuestros amigos y a nuestra tierra”, manifiesta el vicepresidente del Área de Ingeniería y Mantenimiento del banco, José Rafael Hernández Caamaño.
Inyección de energía limpia al sistema
Además, el sistema fotovoltaico del Popular es bidireccional, lo que significa que el banco consume una parte de su producción de energía limpia e inyecta al sistema la que no consume, en beneficio de los hogares y empresas dominicanos.
También, en determinadas ubicaciones, la entidad financiera aporta parte de la energía solar a varias instituciones sin fines de lucro adyacentes a algunas de las oficinas fotovoltaicas.
Adicionalmente, la organización financiera mantiene un monitoreo y gestión constante de sus consumos y, en muchas de sus dependencias, ha instalado equipos que permiten un uso más eficiente de los recursos, como sensores de movimiento para activar la luz, reguladores en los dispensadores de agua y sistemas automatizados en los equipos electromecánicos (BMS).
Cultura 3R y reforestaciones
El Popular va un paso más allá. Para continuar mitigando el impacto de su huella ambiental, los empleados participan en un programa interno de recogida de residuos de papel, cartón y plástico, desarrollando así toda una cultura 3R (Reducir, Reutilizar y Reciclar) a lo interno de la organización.
Periódicamente, además, se involucran en jornadas de siembra para reforestar diversas zonas del país, como los terrenos del Plan Sierra.
Allí, en cerca de dos décadas, los empleados de Grupo Popular han sembrado en la Cordillera Central, más de 275 mil árboles, permitiendo la creación de 20 nuevos bosques en las montañas que rodean al municipio de San José de las Matas, en la provincia de Santiago.