Bogotá, 4 ene (EFE).- Con la entrada en los últimos días de normativas que restringen el uso de bolsas plásticas en Argentina, Puerto Rico y Colombia, Latinoamérica sigue avanzando en la lucha contra un material altamente contaminante y que puede tardar unos 100 años en descomponerse.
La más reciente iniciativa de este tipo se dio en Buenos Aires, donde desde el 1 de enero está prohibido entregar bolsas de plástico desechables en los supermercados.
"La ciudad estaba gastando 500 millones de bolsas por año, es una barbaridad, si uno las pusiera una al lado de otra darían siete veces la vuelta al mundo", explicó el ministro de Ambiente y Espacio Público de la capital argentina, Eduardo Macchiavelli.
En Puerto Rico, donde entre 2012 y 2015 se importaron aproximadamente 1.700 millones de bolsas plásticas, el viernes entró en vigor una ley que prohíbe a los establecimientos comerciales la entrega de bolsas de plástico desechables.
La ley señala que los clientes sí pueden acudir a realizar sus compras con las bolsas que tengan almacenadas, a lo que se suma un periodo transitorio de 6 meses para las tiendas, tras lo cual habrá multas con sanciones iniciales de 100 dólares, de 150 dólares por la segunda y 200 por cada violación posterior.
También el 30 de diciembre entró a regir en Colombia la prohibición de la circulación de bolsas de 30 centímetros o menores en almacenes de cadena, droguerías y grandes superficies.
Sin embargo, no existe ninguna legislación sobre el tema en Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Honduras, República Dominicana, Panamá y Perú, país donde en 2014 se presentó infructuosamente un proyecto de ley.
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo Urrutia, explicó que el objetivo es hacer un uso racional y responsable de las bolsas e incentivar otras opciones de empaque.
Estos pasos se dan después de que en México los establecimientos comerciales tuvieron que sustituir las bolsas de plástico no biodegradable por otros materiales biodegradables debido a la modificación del artículo 141 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, promulgada en 2013.
En Ecuador, desde 2015 una normativa prohíbe el ingreso de bolsas plásticas con asa en el archipiélago de Galápagos, catalogado en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.
Paraguay tiene previsto poner en marcha, en marzo próximo, la ley de promoción de la disminución del uso de plástico polietileno, promulgada hace dos años, con la entrada en vigor de la primera fase de la norma, por la cual las bolsas plásticas de los supermercados deberán ser sustituidas por bolsas reutilizables y de pago.
El Gobierno uruguayo envió en julio pasado al Parlamento un proyecto de ley para regular la distribución y el uso de bolsas plásticas ante "el consumo creciente" y "su breve vida útil", con el que se busca prohibir la entrega gratuita y generar campañas de recolección, así como ofrecer la venta bolsas reutilizables.
Igualmente, no estará permitido la entrega o venta en envoltorios plásticos de diarios, revistas, facturas y objetos similares que la reglamentación establezca.
En Brasil, donde se distribuyen cerca de 1,5 millones de bolsas de plástico cada hora, según el Ministerio de Medioambiente, no hay una legislación nacional pero sí hay normativas en ciudades como Sao Paulo, la más poblada del país, que prohibió su distribución gratuita en establecimientos comerciales, lo que redujo en un 70 % su uso.
En Chile, Pucón, un balneario lacustre de La Araucanía, fue la primera localidad en eliminar las bolsas plásticas, en 2013, tras lo que se sumaron de forma paulatina pueblos y ciudades como Los Ángeles, Vicuña, La Serena, Villa Alemana, Isla de Pascua y Punta Arenas.
Hace algunos meses, 10 grandes empresas y 52 comercios de Santiago Centro se unieron a una iniciativa de la municipalidad para utilizar sólo bolsas biodegradables, a cambio de rebajas en los derechos de aseo que deben pagar.
En Guatemala hay unos tres municipios que prohibieron el uso de bolsas de plástico. El último, San Pedro La Laguna el pasado octubre. A nivel nacional, en noviembre pasado un grupo de diputados presentó una iniciativa de ley que pretende regular su producción, distribución y venta.
Este proyecto de ley busca además que se elimine de manera paulatina, en un periodo de cuatro años, el uso de estas bolsas.
Si bien en Venezuela no existe un marco regulatorio general, en 2011 el municipio Caruribana (Punto Fijo) del estado Falcón emitió una ordenanza -que entró en vigencia en 2013- y estableció la sustitución de las bolsas plásticas por otras biodegradables para evitar "un gran daño ecológico".
El Ministerio boliviano de Medio Ambiente y Agua lanzó en 2015 el programa educativo "Mi Madre Tierra, Mi Futuro", mediante el cual impulsa el uso de bolsas de tela reutilizables.
Sin embargo, no existe ninguna legislación sobre el tema en Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Honduras, República Dominicana, Panamá y Perú, país donde en 2014 se presentó infructuosamente un proyecto de ley.
Por último, en Cuba no hay regulación al respecto y de hecho los percances se dan más por defecto que por exceso, ya que los problemas de abastecimiento llevan a que en ocasiones no haya una sola bolsa disponible en las tiendas.
Por eso, los cubanos están acostumbrados a llevar siempre consigo una "jaba" o "jabita" -como se conoce a las bolsas- y en la tradición humorística de la isla se dice que los cubanos se componen de cabeza, tronco, extremidades y "jabita". EFE