REDACCIÓN DEPORTIVA (EFE).- Un jonrón solitario del jardinero central Curtis Granderson en la parte baja del séptimo episodio dio la carrera de la ventaja para que los Yanquis de Nueva York venciesen por 6-3 a los Tigres de Detroit en la jornada inaugural para ambos equipos de la nueva temporada de las Grandes Ligas.
El partido fue el primero de temporada regular que se jugó en el mes de marzo en el Bronx de Nueva York en toda la historia del béisbol de las Grandes Ligas.
Después de ver como los lanzadores estelares CC Sabathia y Justin Verlander se fuesen sin decisión tras un duelo de seis entradas cada uno, en las que permitieron ambos tres carreras, el bullpen de los Bombarderos del Bronx volvió a ser decisivo para no ceder más anotaciones, mientras recibían la ayuda del bateo oportuno de su equipo.
El derecho Joba Chamberlain (1-0) le quitó la pelota a Sabathia en la parte alta de la séptima entrada y sacó los tres "outs" del episodio que lo iban a dejar con la primera victoria de la temporada después que Granderson castigó al relevista zurdo Phil Coke con el jonrón solitario que rompió el empate a 3-3 en la pizarra.
Coke (0-1) iba a cargar con la derrota al haber sacado sólo un "out" y ser castigado con jonrón y dos carreras, una fue limpia.
Los Yanquis con el parcial de 5-3 retiraron a Chamberlain del montículo y para el octavo hizo su debut como relevista de los Bombarderos del Bronx el estelar dominicano Rafael Soriano, el gran y polémico fichaje del descanso invernal que respondió con otros tres "outs" impecables.
Soriano, que realizó 14 lanzamientos y ocho fueron de "strike" dejó servida la mesa para el veterano cerrador panameño Mariano Rivera, que comenzó su marcha hacia el récord de todos los tiempos de salvamentos con el primero que logró en la nueva temporada.
Rivera se encargó de sacar los tres últimos "outs" del partido con sólo 12 lanzamientos y nueve colocados en la zona buena, además de abanicar a un bateador rival.
El veterano cerrador panameño, que vistió las medias altas, hasta la rodilla, por primera vez en su carrera, llegó a los 560 salvamentos como profesional, 41 menos que la marca de todos los tiempos que está en poder de Trevor Hoffman, que decidió retirarse este año de la competición activa.
Junto al bateo oportuno de Granderson, el gran protagonista de la ofensiva de los Yanquis fue el primera base Mark Teixeira que en la parte baja de la tercera entrada también le pegó cuadrangular de tres carreras a Verlander para poner al equipo de Nueva York con la ventaja parcial de 3-1 en la pizarra.
Mientras que otros destacados de los Yanquis fueron el veterano campocorto Derek Jeter, el capitán del equipo, que tuvo una renovación nada fácil con el equipo y aportó anotación y carrera impulsada,.
El receptor Russell Martin, que al igual que Soriano hizo su debut con los Yanquis, como nuevas adquisiciones, respondió con una buena actuación al irse de 3-1 y dos carreras anotadas.
Felicidad para los 48.226 fanáticos, que no llegaron a llenar el Yankee Stadium, pero que al margen del frío que les tocó pasar, disfrutaron del primer triunfo de la nueva temporada, en la que, como algo excepcional, no salen de favoritos.
Por los Yanquis, el segunda base dominicano Robinson Canó se fue de 3-0 y el bateador designado boricua Jorge Posada tampoco hizo contacto con la pelota en cuatro viajes al plato.
El bateo latino si estuvo presente con los Tigres y lo encabezó el primera base venezolano Miguel Cabrera que se fue de 2-1 con dos anotaciones e impulsadas; sus compatriotas Magglio Ordóñez tuvo de 4-0 y Víctor Martínez, que hizo su debut como designado de 4-1, mientras que el campocorto dominicano Jhonny Peralta de 3-0.
Debuta Gustavo Molina
Los Yanquis de Nueva York hicieron su presentación oficial ante sus fanáticos con un triunfo por 6-3 frente a los Tigres de Detroit, y entre ellos se encontraba un pelotero venezolano, el receptor Gustavo Molina, que a su 29 años, se convirtió en un reserva de lujo y sorpresa.
Aunque lleva ya cuatro años en las Grandes Ligas, Molina nunca ha podido echar raíces en ningún equipo, y de ahí que ni tan si quiera tenga a su familia con él en Estados Unidos.
Como en cada pretemporada, Molina, que el año pasado jugó con los Medias Rojas de Boston, tuvo que llegar a los campos de entrenamiento de los Yanquis para tratar de ganarse un puesto porque desde que debutó con los Medias Blancas de Chicago, en el 2007, sólo ha podido jugar 23 partidos.
Demasiado poco para que los pilotos de los equipos puedan tener una idea clara de cual es su rendimiento real en el campo, de ahí que el responsable de los Yanquis, Joe Girardi, tuviese los campos de entrenamiento como su punto de referencia para observa la valía de Molina, que, en principio, tampoco entraba en sus planes.
De hecho, cuando comenzó la pretemporada, los Yanquis tenían previsto a Russell Martin como su catcher titular, puesto que estreno hoy, jueves, en la jornada inaugural.
Otro par de venezolanos, Francisco Cervelli y el cotizado prospecto Jesús Montero, se perfilaban para quedarse con el puesto de suplente para darle descanso a Martin o ocupar su puesto si se lesionaba.
Sin embargo, el que se lesionó fue Cervelli al fracturarse el pie izquierdo, mientras que Montero no dio la talla, y tampoco otro prospecto, Austin Romine.
Con este panorama a la vista y a falta de algo más de una semana, Molina comenzó a ser visto como el hombre que podría solucionar el problema generado en la designación de la suplencia para el puesto de receptor.
El propio Molina también se convenció que podría haber el equipo de los 25 jugadores de los Yanquis que estuviesen en la jornada inaugural.
Molina con sus acciones en la receptoría comenzó a convencer a Girardi por el buen trabajo que realizaba al recibir los envíos de los lanzadores y además su juego defensivo era muy bueno.
Su buen trabajo y confianza en si mismo le permitieron a Molina vivir la gran experiencia de estar en su segundo partido inaugural como profesional y esta vez nada menos que formando parte del equipo más poderoso de las Grandes Ligas.
Molina ahora lo que desea es mantenerse en plenitud de forma, ayudar al máximo al equipo en todo lo que pueda y como es su filosofía, la de estar preparado para el nuevo reto que podría ser el cualquier momento salir de titular en la novena de los Yanquis.
"Se trabaja para lograr lo máximo como profesional y para mi es un paso importante en el reconocimiento de mis cualidades como pelotero, perseverancia y espíritu de sacrificio", comentó Molina.
Los compatriotas y compañeros latinoamericanos que conocen a Molina "admiran" su capacidad de lucha permanente y constancia que al final le han permitido recoger el fruto del reconocimiento y el premio de llegar nada menos que a los Yanquis, aunque haya sido toda una sorpresa.EFE