Houston (EE.UU.) (EFE).- El béisbol latinoamericano, con el dominicano Vladimir Guerrero como centro principal de atención, está de nuevo a las puertas de protagonizar otro momento histórico dentro del mundo de las Grandes Ligas cuando el domingo sea exaltado miembro del Salón de la Fama.
La espera del momento tan especial tiene a Guerrero cargado de emoción que a medida que pasan las horas y los días para el momento deseado y soñado, el acto de exaltación al Salón de la Fama, que se celebrará el domingo, en Cooperstown (Nueva York).
El grupo de elegidos al Salón de la Fama en el 2018 está compuesto por una serie de peloteros que formaron parte de los mejores de su generación, y entre ellos se encuentra la figura de Guerrero, el bateador espectacular al que solo las lesiones pudieron impedir que su poder tuviese aun mayor producción.
Guerrero vivirá la ceremonia del evento principal de una celebración de cuatro días en Cooperstown del 27 al 30 de julio, que se llevará a cabo en el Clark Sports Center, con la satisfacción de haber llegado a lo más alto y dejar de nuevo la imagen de su querida tierra dominicana a la altura que se merece dentro del deporte del béisbol profesional.
"He estado muy feliz. Algo que fue bien especial fue el Futures Game. Trabaje como entrenador, y fue un momento muy importante para mí", subrayó Guerrero. "Más allá de eso, cuando fui a Montreal en una visita y pasé un tiempo con los fanáticos. También pude conocer sitios que no visité antes porque nunca tuve la oportunidad de ver y de aprender de la ciudad. Fue bien especial".
Cada uno de los seis jugadores a ser exaltados –Guerrero, Trevor Hoffman, Chipper Jones, Jack Morris, Jim Thome y Alan Trammell– hablaron recientemente con un grupo de reporteros, y el extoletero dominicano admitió que lo vivido hasta ahora ha sido algo único, pero es consciente que el domingo será un momento todavía más especial y cargado de nuevas emociones.
Guerrero admite que ha vivido momentos muy especiales desde que fue electo al Salón de la Fama y que le han llenado de felicidad y satisfacción.
"He estado muy feliz. Algo que fue bien especial fue el Futures Game. Trabaje como entrenador, y fue un momento muy importante para mí", subrayó Guerrero. "Más allá de eso, cuando fui a Montreal en una visita y pasé un tiempo con los fanáticos. También pude conocer sitios que no visité antes porque nunca tuve la oportunidad de ver y de aprender de la ciudad. Fue bien especial".
Precisamente su estancia con los ya desaparecidos Expos de Montreal, ahora convertido en los Nacionales de Washington, hizo posible que comenzase a fraguarse el camino al recinto sagrado de Cooperstown, de ahí que sus recuerdos sean especiales.
"Hay un par de cosas que nunca olvidaré. La primera fue el subirme al primer equipo de los Expos, que era el gran sueño de todo jugador, competir en las Grandes Ligas", destacó Guerrero. "No me olvidaré de cómo me recibió la gente".
Esa comunicación de buen entendimiento y apoyo completo de los fanáticos de los Expos a la entrega de Guerrero en el diamante fue también algo que le marcó para siempre.
"La otra fue mi última temporada. Yo estaba saludando a la gente y entonces me empezaron a aplaudir más duro, y no me di cuenta que mi hijo Vladimir estaba al lado mío. Yo pensé que me estaban aplaudiendo a mí, pero en verdad era a él. No me olvidaré de esa felicidad, de la gente de Montreal diciéndome adiós. Eso siempre se quedará conmigo", destacó Guerrero.
El ya legendario pelotero dominicano es consciente que el momento más emotivo que le espera de cara al domingo será cuando tenga que ofrecer el discurso de aceptación, algo para lo que intenta estar preparado.
"Yo quiero que sea lo más natural posible. No sé exactamente si voy a reconocer alguien en especial, pero hay muchas cosas que voy a decir y quiero que me salgan naturalmente. Mi familia, los fanáticos, todos los años que pasó mi mamá cocinándome, esas son cosas muy especiales para mí y las voy a mencionar", adelantó Guerrero.
Tener siempre presente a sus orígenes humildes, la familia, a todos los que le ayudaron y confiaron en él como personal y profesional también estarán presentes.
"Más allá de eso, el nombre de Felipe Alou probablemente saldrá, por lo que significó para mí y para mi carrera y por lo que sigue significando. Voy a tratar de que sea algo simple, por eso no quiero planear mucho", agregó Guerrero. "No sé como al final saldrá todo, pero de lo que si estoy convencido es que viviré con una gran emoción el día que quedará grabado en mi mente y corazón para siempre". EFE