Desde hace un tiempo me había puesto la meta de correr mis primeros 5K (carrera de 5 kilómetros), no recuerdo cuando fue la primera ‘fecha limite’ que programe, pero la última era mi cumpleaños. Eso no sucedió.
Paola, mi tía/comadre, desde que empezó con el ‘running’ no paraba de decirme lo liberador que es este ejercicio. Yo no la comprendí hasta hace un par de semanas, cuando finalmente complete los primeros 5K, y quede ‘enganchado’.
El primer fin de semana fue el “Flash Night Run”, carrera nocturna a beneficio de los atletas de Olimpiadas Especiales, sin desperdicios. En el segundo, estaba supuesto a correr solo 5K, pero cuando me iban a inscribir solo había cupo para el 10K y me atreví (no me quedaba de otra) a correr 10K a beneficio de la Asociación Nacional de Rehabilitación. La satisfacción que provoca el uno cumplir con un reto personal, es indescriptible.
La tercera y última carrera del año, Los 5K Navideños de Maratonistas de la Hispaniola, fueron una fiesta del ‘running’, cualquier personaje de la fecha que le pase por la mente estuvo en la carrera. El Grinch, varios “Santi Clo”, la siempre esperada Vieja Belén, elfos, de todo. Lo disfrute más porque pude disminuir mi tiempo en los 5K.
Aunque los tres eventos fueron producidos por personas distintas, tienen algunas cosas en común. Siempre hay alguien corriendo por primera vez, corren personas de todos los estratos sociales y existe un ambiente de familia que no se da en todos los espacios donde se junta tanta gente.
Pero lo que más llama a la atención de este movimiento, es el compromiso de los más experimentados y quienes forman parte de las actividades, en motivar a quienes estamos empezando. En cada punto de hidratación, de cualquiera de los eventos, no falta un “vamos falta poco”, “adelante que tú puedes” y otras frases que a pesar de venir de desconocidos, no dejan de sentirse sinceras.
Hay quienes en los metros finales, empujan a cualquier desconocido a terminar si lo ven necesario. En mi caso, con quien empecé a correr, el amigo Alexis Mármol, el mismo que me inscribió en los 10K, porque según él no había cupo en la otra carrera (todavía no se lo creo), luego de terminar su recorrido en 1:03:00, dio media vuelta y me espero 500 mts antes de la meta, para darme ese empujón de motivación, que me saco una sonrisa y de alguna manera me ayudo a cumplir y llegar, quizás hasta más rápido, a la meta.
Todos, sin distinción de edad, género u ocupación, tenemos en la cabeza algo que nos puede servir de motivación para empezar, algo que nos perturba, un disgusto en casa, la presión del trabajo, desamor, los finales en la universidad, ocupar nuestra mente en algo o como dice mi comadre, Paola, “correr para poder comer”. Es nuestra responsabilidad, tomar eso que nos perturba y convertirlo en motivación. Todos tenemos una razón para empezar a correr, solo hay que encontrarla.
Cuando identifiques tu razón para correr, asume el desafío y ese compromiso. Toma la decisión de ganar la batalla contra ti mismo. Al final se trata de eso, una batalla contra uno mismo.