NUEVA YORK, EEUU.- Bianca Andreescu, la joven canadiense que ha irrumpido con fuerza en el mundo del tenis, consiguió hacerse este sábado con su primer título de Grand Slam y lo hizo nada más ni nada menos que ante Serena Williams, que la duplica en edad y a ratos, en el segundo set, pareció que la duplicaría en efectividad, pero no fue así.
La final del Abierto de Estados Unidos se decidió en una hora y 40 minutos por 6-3 y 7-5.
Andreescu, con casi la mitad de años que Williams, consiguió descolocar a su contrincante con su templanza y su juego variado, ante el que la estadounidense reaccionó inicialmente con un torrente de errores para lucir luego su habitual potencia, que llegó demasiado tarde como para ganar el encuentro.
La adolescente, de 19 años, que se estrenaba en una final de Grand Slam, jugó con la agresividad característica de quien no tiene nada que perder, rompiendo el primer servicio de Williams al tomar la iniciativa en el ataque con dejadas.
Serena, que disputaba su final de Grand Slam número 33, contraatacó con fuerza, celebrando cada punto con efusividad, pero los errores forzados de la número 8 del mundo no le permitían remontar en el primer set.
El sufrimiento de Williams era palpable en el séptimo juego del encuentro, cuando le costó más de 10 minutos evitar que Andreescu le rompiera de nuevo el servicio, y todavía más cuando perdió el primer set con una doble falta.
Y es que Andreescu, que se ha convertido en la primera canadiense en ganar un Grand Slam, estaba jugando notablemente mejor en la primera manga, como reflejaban claramente las estadísticas: con un 84 % de efectividad con su primer servicio –frente al 50 % de su rival–, y menos de la mitad de errores no forzados que la estadounidense.
Se repetía la historia en el segundo set, al romper la joven canadiense el primer servicio de Williams, que buscaba su séptimo Abierto de EE.UU en un encuentro que contaba entre el público con la presencia de la duquesa de Sussex, Meghan Markle, sentada delante de Venus Williams.
Cuando Andreescu parecía ya tener el partido ganado cometió varios errores que dieron esperanza a Williams, y sobre todo al público neoyorquino del Arthur Ashe, que se volvía loco con cada tanto que se apuntaba una de las figuras del deporte más destacadas de la historia estadounidense.
La enorme presión para cerrar el partido hizo mella en la joven tenista, que llegó a contar con 4 juegos de ventaja, y que al final lo zanjó con un marcador notablemente más ajustado: 7-5.
Las cifras de las finales de Grand Slam que ha jugado últimamente Serena estaban en su contra: de las últimas 8 que ha disputado, ha dejado escapar 6.
Con este partido, Williams aspiraba a llegar hasta los 24 títulos de Grand Slam, de manera que igualaba a la australiana Margaret Court, en el que suponía su cuarto intento desde alcanzar este récord desde que ganara su último gran título en 2017.
Tampoco ha podido cumplir la hazaña de ganar su séptimo Abierto de EE.UU. 20 años después de ganar su primer título en Flushing Meadows.
"Bianca ha jugado un partido increíble, estoy muy orgullosa de ti y feliz por ti", afirmó Williams poco después del partido, que dijo además sentirse "muy honrada" de estar compitiendo al más alto nivel en el tenis durante más de 20 años.
Por su parte, Andreescu aseguró haber "trabajado muy duro para este momento", y subrayó que "ha sido un sueño hecho realidad jugar en este escenario contra Serena".
"Intenté prepararme lo mejor que pude, como con todos los partidos, y no enfocarme en quién iba a ser mi rival, y estoy muy orgullosa de cómo lo he manejado todo", dijo la canadiense, que apuntó además que uno de los mayores obstáculos fue el completo apoyo del público a Williams. EFE