SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Un joven español rompió el récord de llegada más rápido al Pico Duarte, en apenas 15 horas y 15 minutos. Se trata de Pablo Moraga, de la comunidad de Manzanares, España.
El diario de Manzanares publicó la historia el pasado 10 de abril, y en República Dominicana apenas se conoció. El récord se rompió con un proyecto solidario llamado “Sonrisas y montañas”, según la historia que cuenta el periódico Manzanares al Día, y que reproducimos a continuación:
Pablo Moraga logra el récord de ascensión del Pico Duarte para el proyecto solidario de “Sonrisas y montañas”
Lo consiguió. El joven alpinista manzanareño Pablo Moraga realizó el pasado miércoles la ascensión más rápida del Pico Duarte, una montaña con 3.098 metros de altura, la más alta de República Dominicana y todo el Caribe. Tan sólo necesitó 15 horas y 15 minutos para completar un recorrido de 71 kilómetros, 4.749 metros de desnivel positivo y 5.092 metros de desnivel negativo. Hasta ahora, nadie había realizado este itinerario en tan poco tiempo.
“Ascendí a través de la ruta de la Ciénaga de Manabao; descendí por la ruta de Sabaneta, hasta una pequeña población llamada El Ingenito. Fue tremendamente duro: además del desnivel acumulado y la distancia, el barro y las lluvias constantes me obligaron a exprimir hasta el último gramo de energía que me quedaba”, dijo Pablo Moraga. “Además, en algunos tramos era muy complicado orientarse. La ruta de Sabaneta es la menos frecuentada de todas las que suben al Pico Duarte y la vegetación era a menudo demasiado densa, apenas podía apreciar el camino. Tampoco existen mapas detallados y tenía miedo de perderme. El itinerario exigía una concentración extrema”, explicó el aventurero.
En el reto le han acompañado los dominicanos Vidal de La Cruz, su hijo Wirkin y el español Jorge Latorre. “Su apoyo fue imprescindible para mí -apuntó Moraga- Me acompañaron durante los últimos 30 kilómetros, quizás los más difíciles. Sin ellos quizás no habría podido conseguir el récord. Así que les estoy muy muy agradecido por lo que hicieron”.
Pablo Moraga es un enamorado de la naturaleza, los viajes y la montaña. Con tan sólo veinte años ha realizado ascensiones en cuatro continentes, ha visitado el Himalaya, el desierto del Sáhara y las selvas tropicales. Ha escrito y tomado fotografías para varios medios de comunicación. La primera vez que visitó las comunidades rurales de la Cuenca Alta del Río San Juan fue en el año 2011; desde entonces ha regresado en varias ocasiones, para preparar este gran reto que acaba de lograr.
Un proyecto solidario
La ONG “Sonrisas y montañas” y Pablo Moraga trabajan conjuntamente para obtener los fondos necesarios para ampliar un colegio y construir una clínica en las comunidades rurales de la Cuenca Alta del Río San Juan, en el oeste de República Dominicana. Se trata de una de las zonas más remotas del país, donde más del 75% de los hogares -de una población total aproximada de 900 personas- viven en situación de pobreza.
“Todavía no hemos terminado: ahora es cuando comienza el verdadero trabajo”. El alpinista y la ONG “Sonrisas y montañas” quieren llamar la atención sobre la situación de estas comunidades de la Cuenca Alta del Río San Juan, el lugar donde terminó el periplo del manzanareño. “Durante los próximos meses realizaremos actividades y eventos ―exposiciones, charlas, conciertos, carreras, visitas a colegios e institutos― relacionados con este proyecto. Queremos ayudarles en su lucha para conseguir un futuro mejor. Nuestra prioridad es amplificar un mensaje que nunca ha tenido suficiente voz. Pretendemos que el mayor número posible de personas conozca cuál es su realidad”, añadió Moraga.
“Hasta hace unos años, en las comunidades rurales de la Cuenca Alta del Río San Juan, sólo existía un pequeño número de escuelas construidas. Contaban con espacios muy reducidos y apenas tenían materiales didácticos adecuados. Mientras que la educación básica obligatoria de República Dominicana tiene una duración de ocho años, los alumnos tan sólo tenían acceso a los tres primeros cursos”, explicó María Serrano, directora de Proyectos de “Sonrisas y montañas”.
“Además, algunos de los profesores asignados se ausentaban durante meses. Todos estos obstáculos provocaron una deserción escolar masiva. Los chicos dejaron sus estudios y, hoy en día, el analfabetismo está presente en más del 80% de la población mayor de 14 años”. Ante esta situación, el cooperante dominicano Cristian Quezada decidió iniciar un proyecto educativo allí con el apoyo de ONGs. y en 2011 se inició la construcción de un colegio que hoy se conoce como “Centro Educativo-Vocacional Aventura”. Todos los lunes, Cristian Quezada y los profesores recogen a algunos de los alumnos con su vehículo; el resto, acuden al colegio montados en mulas. Los niños permanecen allí internos hasta el viernes, cuando regresan a sus casas.
A través de los próximos eventos y las donaciones de particulares y empresas, “Sonrisas y Montañas” tratará de reunir los fondos suficientes para ampliar y mejorar las instalaciones del “Centro Educativo-Vocacional Aventura” y colaborar en la construcción de un centro de salud en la zona, ya que muchos de los habitantes de aquellas comunidades tienen que recorrer más de 70 kilómetros por caminos no asfaltados para acudir al hospital o centro de salud más cercano.