CLEVELAND, EUA.- Rob Manfred, comisionado de las Grandes Ligas, volvió a negar que las mayores hayan modificado las pelotas de béisbol para generar más jugadas ofensivas.
Las declaraciones del comisionado se dan en momentos en que las críticas se han generalizado entre los lanzadores.
"Las Grandes Ligas no han hecho nada, no ha dado ninguna dirección para una alteración en el béisbol", dijo Manfred en rueda de prensa.
Manfred agregó que "no hay evidencia científica de que la pelota sea más dura", pero reconoció que "su resistencia es menor".
Aseguró que las mayores han encargado pruebas láser para medir el ancho y la altura de la costura, para tratar de descubrir por qué la resistencia de las bolas es menor.
Pero dijo que "no nos han dado respuestas".
Aventuró como posible motivo el hecho que "los lanzadores han planteado problemas sobre la adherencia y las costuras en la bola, y creemos que esos podrían ser los problemas", dijo Manfred.
Un día antes, el lanzador de los Astros de Houston Justin Verlander, que abrió por la Liga Americana en el Juego de las Estrellas, declaró que pelotas de béisbol que se están usando esta temporada son "una broma" y que él cree 100 por ciento "que MLB ha implantado bolas "jugosas" para aumentar la ofensiva".
Verlander, que tiene promedio de efectividad de 2.98 y 153 ponches en 126 entradas y dos tercios, ha permitido 26 cuadrangulares en el presente campeonato.
El serpentinero estelar de los Mets de Nueva York, Jacob deGrom, apoyó las declaraciones de Verlander, quien dijo "no estoy en desacuerdo con él".
Entre las reacciones también se encuentra la del lanzador de los Nacionales de Washington, Max Scherzer, quien estuvo de acuerdo en que la pelota de béisbol "parece viajar de manera diferente".
Agregó que "como jugadores nos preguntamos por qué la pelota puede cambiar tanto, tan rápido, y tener resultados tan notorios. Como jugadores merecemos una respuesta a lo que está pasando".
De la misma manera el jefe del sindicato de jugadores, Tony Clark, dijo que "la pelota cambió repentinamente y no sé por qué".
En ese sentido, el comisionado indicó que "no hay deseo entre los propietarios de aumentar los jonrones", y agregó que "por el contrario, a los (propietarios) les preocupa cuántos tenemos".
Los jugadores lograron 3,691 jonrones en la primera mitad de la temporada regular y se tiene proyectado que consigan 6,668, lo que superaría la marca previa de los 6,105 del 2017.
Manfred dijo el lunes que la bola tiene "menos resistencia", pero agregó que "los datos sugieren que a los aficionados les gustan los jonrones".
El tema de las bolas con resistencia diferente se han filtrado desde el receso del Juego de Estrellas del 2015, cuando los jonrones se han disparado y se incrementaron en casi 60 por ciento con respecto a la temporada 2014.
Las mayores encargaron un estudio, que concluyó que "las pelotas de béisbol tenían un rendimiento diferente". Pero no atribuyeron la razón a esa diferencia.
"Las Grandes Ligas están convirtiendo este juego en una broma", dijo Verlander el lunes.
"Ellos son los dueños de Rawlings (la compañía que fabrica las bolas) y tenemos a Manfred diciendo que podría ser la forma en que centran la píldora. Son dueños de la primera compañía. Si alguna compañía de 40 mil millones de dólares compra a una compañía de 400 millones y el producto cambia dramáticamente, no es una conjetura en cuanto a lo que está sucediendo", dijo.
Agregó que "todos sabemos lo que sucedió. Desde la primera vez que Manfred entró, dijo: que queremos más ofensiva". De repente entran las pelotas. No es una coincidencia. No somos idiotas".
Manfred indicó que "cambiar la pelota es un mecanismo mediante el cual se puede manejar la forma en que se juega el juego, pero si íbamos a hacerlo, lo haríamos de una manera transparente para los medios y los aficionados de antemano". EFE