LONDRES, Reino Unido.- Los hasta ahora "segundones" del tenis mundial, el austríaco Dominik Thiem, de 27 años, y el ruso Daniiel Medvedev, de 24 años, tercero y cuarto en el escalafón mundial, eliminaron este sábado en Londres a las dos primeras raquetas del planeta: el serbio Novak Djokovic y el español Rafael Nadal.
Lo hicieron en las Finales ATP, el último certamen que cada año reúne en Londres a los ocho mejores de cada temporada, destronando a los veteranos que se van no sin antes haber luchado duro. Ahora el austríaco y el ruso deberán definir este domingo quién es el mejor.
Lo hecho por Thiem fue "irreal"
El serbio Djokovic, que cayó eliminado por Thiem, aseguró en la rueda de prensa posterior que lo que hizo el austríaco tras el 0-4 en contra en el desempate del tercer y último set fue "irreal".
"Lo que hizo a partir del 0-4 en el 'tie break' del tercer set fue irreal. No creo que yo jugara mal, metí un par de primeros saques, pero es que él partió la bola. Todo iba a las esquinas y, además, metió un par de bolas cortadas al ángulo", explicó Djokovic, visiblemente molesto.
"Pero se lo merece, porque fue a por ello", admitió el número uno del mundo, que no podrá igualar los seis títulos conseguidos en Londres por el otro decano, el suizo Roger Federer, que no juega por estar lesionado.
"Estar decepcionado"
"No estoy aliviado con que haya terminado la temporada. Disfruto jugando al tenis, así que ¿por qué iba a estar aliviado? Solo estoy decepcionado de acabar el año con una derrota como esta", manifestó Djokovic.
Thiem, que se clasificó a su segunda final del Masters de tenis, apuntó a su vez que ante el serbio "la suerte estuvo de" su "lado".
El austríaco venció a Djokovic en un 'tie break' final en el que llegó a ir 0-4 abajo antes de meterle un parcial de 7-1.
"Hoy tuve algo de suerte en el último 'tie break'. Ya le gané hace unos días aquí a Rafa Nadal y hoy a Novak. Estoy muy contento de lo que ha pasado, pero sé que no va a ocurrir todos los días", dijo Thiem.
El pupilo del chileno Nicolás Massú, en el pasado también fue número uno del tenis mundial, también reconoció que se puso "muy tenso" en los cuatro puntos de partido y que eso demuestra lo "ajustados" que son estos encuentros.
Además, Thiem admitió que se ha fijado en cómo juega los desempates Novak Djokovic por todo los éxitos que estos 'tie breaks' le han reportado en su carrera.
"Le tomé como ejemplo porque ha ganado 'tie breaks' muy importantes en su carrera. Cuando encara un 'tie break' se niega a fallar. Es lo que he intentado hacer desde que volvió el tenis y me ha ido muy bien, pero también necesitas un poco de suerte en esos desempates. Hoy la suerte estuvo de mi lado. Estuve muy cerca de perder", admitió
El español Nadal, la segunda mejor raqueta del planeta
Rafael Nadal lo tenía todo preparado. Las maletas hechas, el billete comprado y había hasta pasado los tornos de la estación. Pero cuando quiso subir al tren que lleva a la final del torneo de maestros, se bloqueó y cedió en un dramático partido ante el ruso Daniil Medvedev (3-6, 7-6 (4) y 6-3) citado con el austríaco Dominik Thiem este domingo por la conquista del trofeo.
El español, que añora este último gran título para su palmarés, tuvo el encuentro en su mano, al sacar para derrotar al ruso en el segundo set, pero se desconectó, dio vida a Medvedev y este le acabó pasando por encima en el parcial definitivo.
Tras mostrar un nivel cercano a la excelencia en toda la fase de grupos, contando sus tres partidos como victorias y habiéndose embolsado seis de seis sets, Medvedev llegaba a estas semifinales con un aire de favorito. Había vencido por el camino a Novak Djokovic y hace dos semanas se hacía con el título en París-Bercy.
Ya en 2019 estuvo a punto de ganar a Nadal. Se situó 5-1 arriba en el tercer set y claudicó.
El ruso, con su uniforme a cuadros y su juego más cuadriculado aún, se adhirió a los peloteos y a los intercambios largos. Un escenario que resultaba cómodo a Nadal, al que duele la agresividad y la violencia.
Tampoco estaba muy fino al servicio el de Moscú y aunque el partido transcurría lento, iba firme para los intereses de los dos jugadores. Empezó sufriendo Nadal, que tuvo que salvar tres bolas de 'break' en el tercer juego, pero la balanza pronto se invirtió.
Cuando la jueza de silla ordenó renovar las pelotas, Medvedev preveía un servicio tranquilo. Podría romper la esfera amarilla a placer, pero su escenario se derrumbó.
Nadal se puso 0-40 y le rompió. Encontró la grieta en el robot y provocó un cortocircuito. Por eso Medvedev estrelló la raqueta al juego siguiente, cuando Nadal ya se precipitaba a embucharse un primer set cocinado a fuego lento, pero perfecto en el resultado.
La tensión liberada relajó demasiado al de Manacor, que empezó el segundo parcial con una marcha menos. Comenzó a fallar, no presionó el primer saque de Medvedev y entregó el suyo con una doble falta.
Parecía una condena de muerte ante un sacador como el ruso, pero su escopeta al servicio falló. Permitió volver a Nadal y recuperar la desventaja.
Y como si de una 'remake' de lo que ocurrió el año pasado se tratara, Medvedev se desintegró. Pasó de liderar con comodidad por 4-1 y tener el set en el bolsillo, a perder una sangría de ocasiones.
Con 4-4 y bola de 'break' a favor de Nadal, un globo de revés del español volaba sobre la cabeza del ruso. Ahí marchaba el encuentro. Si entraba, Nadal estaría un saque de la final, sino vuelta a empezar.
Y entró. Y con él se abrieron las esperanzas de la final, pero un siguiente juego horrible del manacorense le regaló una vida extra al ruso. Con 5-4 a favor y saque, Nadal lo perdió en blanco.
Dio un hilo de vida a Medvedev, que llevó el partido hasta el desempate y lo igualó aprovechándose de los fallos del balear.
A sets iguales, un detalle decidiría el encuentro y Nadal parecía el más propicio a concederlo. Había bajado mucho el nivel y Medvedev parecía que en cualquier momento rompería y aceleraría hacia el triunfo.
Necesitó de cuatro oportunidades, pero consiguió romper la resistencia del español, que estaba jugando todos los puntos importantes mal.
Medvedev rompió, se puso 4-3 arriba y ya no soltó la ventaja. Será el primer ruso desde Nikolay Davydenko en 2009 en jugar la final del torneo de maestros.
Enfrente el ruso tendrá a Dominic Thiem, que venció a Novak Djokovic. Enfrente Nadal seguirá teniendo pendiente este torneo en su palmarés. Ese título que un año más no lucirá en sus vitrinas. EFE