Para un atleta poder demostrar sus cualidades necesita tiempo de juego y esa es una tarea pendiente en la agenda del dominicano Miguel Andújar, quien actualmente acciona en el campeonato de béisbol invernal dominicano con los Toros del Este.
La meta de Andújar no se centra en ser una estrella del béisbol dominicano, donde es dueño de ese estatus, sino en recobrar el espacio que una vez logró con los Yanquis de Nueva York en las Grandes Ligas.
Andújar se convirtió en una pieza valiosa del conjunto neoyorquino en la temporada de 2018, en la que, en 149 partidos, bateó para promedio de .297, con 47 dobles, 27 cuadrangulares y 92 carreras producidas, finalizando en el segundo lugar en las votaciones para el premio Novato del Año de la Liga Americana.
Cuando todo indicaba que el dominicano sería el dueño de la antesala del emblemático equipo, un desgarre en el hombro derecho obligó a Andújar a someterse a una cirugía, tras haber disputado apenas 12 encuentros de la campaña de 2019.
Desde entonces el poderoso bateador derecho no ha tenido la oportunidad de accionar más allá de 45 partidos con el equipo grande.
Tras esa lesión, los Yanquis buscaron opciones externas para defender la antesala, como el colombiano Gio Urshela y DJ LeMahieu, quienes les han brindado buenos resultados tanto ofensiva como defensivamente al dirigente Aaron Boone.
Desde su regreso a juego, Andújar ha demostrado que posee el poder acostumbrado en su bate, como lo evidencian los seis cuadrangulares que despachó en 154 turnos oficiales la pasada temporada, una frecuencia que muestra que en una campaña en la que pudiera agotar al menos 572 turnos, uno menos que los tomados en 2018, igualaría los 27 vuelacercas que logró en su único año completo en Grandes Ligas.
Esta capacidad de producir de Andújar ha sido reconocida por el dirigente Boone, pero uno de los factores que ha perjudicado al dominicano, ha sido ser calificado como un defensor por debajo del promedio en la antesala, lo que ha hecho al equipo preferir a Urshela y LeMahieu.
Ante esta situación, Andújar se mudó a los jardines, defendiendo en 44 ocasiones el prado izquierdo en liga grande, decisión que ahora luce más valiosa, con el posible regreso del venezolano Gleyber Torres a la segunda almohadilla, lo que empujaría a los Yanquis a colocar a LeMahieu de manera permanente en la antesala y a Urshela a las paradas cortas, o lanzarse a la búsqueda de un torpedero en la agencia libre, cerrando las posibilidades del dominicano en el cuadro interior.
Pero no todo ha sido negativo para Andújar. Con el actual vacío que tiene el equipo en el jardín izquierdo, el versátil jugador podría encontrar el hueco que tanto ha anhelado y de ahí se desprenden la importancia de su participación en el béisbol dominicano.
Andújar defendió el jardín izquierdo por los Toros en el partido de este sábado frente a los Tigres del Licey y, aunque los bates azules no lo pusieron a trabajar con mucha frecuencia, accionar en este escenario contribuirá a que el joven jugador pueda seguir mejorando sus habilidades de cara al reto que representa ganarse la posición con Nueva York.
Contar con jardineros veteranos como Abraham Almonte y Josh Reddick, junto a los instructores de jardineros de los Toros, quienes han trabajado en los diversos niveles del béisbol profesional, son elementos que van en favor de Andújar, sumado al nivel de juego que caracteriza a la liga dominicana.
La tarea no será nada fácil, pero Andújar debe esforzarse y hacer lo necesario para recobrar esa oportunidad de juego, que lesiones y decisiones de la gerencia de los Yanquis le han quitado y no le han permitido demostrar, de manera regular, su talento en las Grandes Ligas.
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